practicidad y seguridad, tiene una solución antiquísima, una solución, además, simplísima, auténticamente equitativa, supranacional, respetuosa de todos por igual, según anotamos, justamente hace poco.
¿No es lindo que todos podamos leer los mismos números, universales, en nuestros idiomas diferentes, y todos entendamos la misma cosa; que alguien lea "hundred", otro lea "sto", otro lea "cent", otro lea "cien" y todos entiendan "100", con perfecto respeto de todos los demás?
¿No está llegando la integración humana a un momento crítico que justifique la paulatina aglutinación de un idioma escrito de comunicación que todos los núcleos lingüísticos leerían y pronunciarían en sus maneras diferentes pero que todos entenderían de una sola manera?
Qué lindo sería que cada cual pueda leer un mismo ideograma supralingüístico en maneras tan diferentes como Apprenti, Aprendiz, Učeň, Learner, o en cualquier otro idioma, y que todos entiendan la misma cosa: "Ojo con ese autito", sin imponer el imperialismo de nadie a nadie.
> Por otra parte, sin novedades. Todo lo mismo como en otras partes en Francia, desde las disquisiciones intelectuales en la radiodifusión hasta los desenfadados chorritos aliviadores a lo largo de las carreteras.
> Sin embargo, no querremos dejar desaparecer en el inevitable abismo del olvido, queremos anotar, algún día querremos acordarnos de, algunas centelleantes joyitas adicionales ilustrando los ya mencionados curiosos rasgos que aquejan una cultura que se quiere, y hasta se cree, el respetado, reverenciado, radiante, rector, faro cultural de la nata y crema de la humanidad; nos querremos acordar de ellas no solamente por lo gracioso de cada caso en tan exaltada esfera sino también porque esta realidad, tan inesperada e insospechada desde lejos, donde sólo se escucha la propaganda y no se conoce dicha realidad, nos hace reconsiderar, en una óptica y una escala de valores bien diferentes, tanto todas las debilidades culturales que, con pena, criticamos, como también todos los logros culturales que, con alegría, apreciamos, en varias partes de América.
Aquí van las joyitas, por renglones.
/\ Elocución radiofónica (algo que, realmente, no tiene deficiencia paralela en las radiodifusoras de América - sur, centro, norte, aun ártica).
•→ Los locutores no solamente enfatizan de manera muy bruta la letra final de una palabra cuando ligada a la palabra siguiente; no solamente a veces separan esa letra final por completo de la palabra de origen y la pronuncian como si fuese la primera letra de la palabra siguiente; sino que, a veces, y por >>>>>>>>