su estereotipado altar moderno; y con sus piedras originarias ya casi todas negadas, canceladas, aplastadas, alisadas, por la insulsez de un revoque de yeso, a su vez blanqueado con cal; y con, esperando en un rincón, dos altoparlantes presagiando más ofensas a la dignidad de la anciana e íntima reliquia románica, donde voz natural es hermosamente suficiente.
Mañana, hacia Andorra y más allá.
No, no, no. Faltan las observaciones generales. Mañana se las hará. Y será pasado mañana, hacia Andorra, y más allá.
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Observaciones varias finales.
■■ Si bien el virus inglés es mucho menos virulento que en Francia, se tropieza con él a cada hora de cada día.
■) Por ejemplo, en la radiodifusora de música clásica - que, como en tantos países, lamentablemente es el único refugio contra politiquería, deportes, publicidad, mediocridad y peor - transmitieron un coral de Bach en transcripción para guitarra (lo que, por otra parte, confirma la buena dosis de lo inhabitual en la programación) y anunciaron el título, no en alemán como sería el original, no en castellano como sería aceptable aquí, sino en ... inglés. Ahora bien, si el coral hubiese sido cantado en traducción inglesa - que felizmente no lo fue porque hubiese sido horrible - se hubiese entendido, quizás, que anunciasen el título en inglés, pero ¿para guitarra?
Todo lo anglo, o sea, intérpretes, composiciones, etc., está pronunciado con el más cuidadoso académico acento inglés. Quizás por ello anuncian lo alemán a los Españoles, en inglés.
Hay por lo menos un caso cuando algunos locutores españoles son más anglos que los Anglos. Mientras los Ingleses arguyen entre sí cómo pronunciar el nombre de su héroe nacional Purcell, pronunciándolo algunos, Percel, con el acento en la primera sílaba, algunos pronunciándolo Percel, con el acento en la última sílaba, algunos locutores españoles zanjaron la disputa pronunciándolo Parcel.
De manera muy enojosa, todo lo no anglo, se las arregla como puede. Que esos dignos locutores tengan dificultad con un trabalenguas a la francesa como Saint-Saëns, o a la checa como Dvořák, se entiende - hasta cierto punto, porque no es invencible - pero ¿por qué pronuncian, como si fuera francés, Rachemaninov, que no lo es, cuando es tan fácil pronunciarlo Rajmañinov; por qué pronuncian Berlio, acortado de Berlioz, cuando la "z" se debe pronunciar y >>>>>>>>