así de las manos, hubiese logrado imponer una cohesión a los acontecimientos, hubiese logrado establecer y guardar su dominio de la situación como un virrey de verdad y no sólo en título - o era humanamente imposible domar y encauzar semejante magnitud, multiplicidad y sobre todo repentinidad e inexplicabilidad, de acontecimientos?
No hay paralelo entre los descubrimientos del globo terrestre.
Un último-último pensamiento, una última-última pregunta.
¿No hubiese sido la mejor manera de domar la correntada de acontecimientos no permitir su desmedido surgimiento en base a irrazonable ya sea presentación o percepción del futuro, no causando, en el viaje II, tanto desencanto en tanta gente, con la secuela de diversificación en vez de centralización de esfuerzos, y de rebeliones en vez de apreciación, respeto y lealtad? ¿Quizás?
►-En Valladolid, hay un Museo de Colón. A semblanza del Alcázar de Colón en Santo Domingo, como se lo presenta allá a los turistas - entiéndase, en vez de alcázar, en realidad mansión, y en vez de Colón, lo que supone Cristóbal, en realidad Colón, Diego, el hijo primogénito, eventualmente segundo Almirante de las Indias, y también Virrey.
La temática de este museo es, muy loablemente, más amplia que lo que la consagración sugiere.
Es cierto que Cristóbal Colón es la figura central; con sendas reproducciones de todos sus muchos supuestos retratos, con ilustraciones de sus cuatro viajes, con un facsímil de su carta escrita al regresar de su primer viaje, y con meticulosas maquetas de las aproximadas ideas que se tiene de los tres navíos descubridores - sin omitir la oportunidad de llamar, aun en este alto y especializado sitio de cultura, la Santa María una carabela, cuando carabela no era. Pero es figura central como eje o como unión, se podría decir.
Por un lado de Colón, el museo expone piezas arqueológicas correspondientes a las principales culturas paraborígenes de América antes de Colón - un muy emotivo y rejuvenecedor reencuentro para nosotros. Por el otro lado de Colón, el museo expone la evolución de los conceptos geográficos después de Colón.
Y hay en este museo, sorprendentemente, otra biblioteca, otro centro de investigaciones de la Gran Aventura.
En el zaguán de entrada al museo, naturalmente no podía faltar, para dar la bienvenida - ¿quién? - pues Ysabel, en busto de bronce, por supuesto.
Queda por preguntarse. Si las casas reales, tanto de Castilla-Aragón como de Portugal, sabían quién era realmente Colón, o aun no sabiéndolo, y sabiendo solamente qué Colón había logrado, lo que sabían - ¿cómo es que ignoraron tan >>>>>>>>