que la superficie de la mezquita antes de la incrustación de la catedral era de no menos de una hectárea y media, y que la construcción de la catedral tardó 253 años (desde 1523).
Debe de ser la única catedral sin exterior, la única catedral sin muros externos salvo en las partes más altas que sobrepasan la altura de la mezquita: los espacios volumétricos interiores y los pisos, de la catedral y de la mezquita alrededor de la catedral, se siguen sin solución de continuidad. Y algunas de las partes perimetrales altas de la catedral se apoyan en las arquerías de la mezquita. Una catedral incrustada en una mezquita.
……Se contempla el problema de edificar un campanario de la nueva cultura (o, en este caso, cultura regresada cristiana) y, naturalmente, se le echa un ojo al alminar de la cultura anterior. ¿Qué hacer con él? ¿Tirarlo abajo y levantar en su sitio un campanario, o utilizarlo como base para un campanario? La nueva cultura opta por una solución a la vez de tanta crueldad como sería derribar el alminar y de consideración mayor que la que sería utilizarlo como base para un campanario: encamisa el alminar dentro de un campanario, siendo la diferencia con los edificios encamisados en América precolonense que los edificios encamisadores precolonenses ahogan los edificios encamisados, mientras que aquí, entre el alminar y el campanario alrededor, hay un espacio.
……Se incrusta, además, en diferentes otros sitios de la mezquita (no hay que olvidar su tremenda superficie), por una parte, una pequeña iglesia parroquial, del Sagrario, y, por otra parte, una profusión de pequeñas capillas y otros elementos de culto católico. Lo que no entraña destrucción de sitios edificados por la cultura anterior derrumbándolos, sino destrucción por obstrucción de sitios no edificados ex-profeso con propósito de principio por la cultura anterior, tapándolos por edificaciones nuevas. En este caso, algunas de las capillitas fueron construidas en todos los vanos que la mezquita tenía hacia su jardín, una capillita por vano, negándole así a la mezquita la radiante luz solar que era parte de su concepto, y condenando ahora la mezquita a su lobreguez actual.
Hay que reconocer que es un fascinante caso de sucesiones de culturas nuevas a culturas anteriores - por destrucción, por reciclaje de materiales anteriores, por agregado de materiales nuevos, para que se vuelva a repetir el ciclo de destrucción, reciclaje, innovación, otra vez; caso que ilustra, y enfatiza, los casos de sucesiones de culturas que vimos en América.
Así, la mente inquisitiva, que le quiera dar el tiempo, tiene a la vista, expresiones de los estilos visigótico, greco-romano, paleocristiano, bizantino, morisco, mudéjar, renacentista, barroco, rococó, plateresco; y reminiscencias siria, persa, egipcia; y presagios mozárabes.