arcos, a la manera del acueducto romano de Mérida, salvo que con un inconfundible sello morisco, siendo los arcos de abajo, de herradura, y los de arriba, de medio punto.
Esta mezquita, por una parte, por sus materiales, conserva el espíritu de la vieja cultura mediterránea, pero, por otra parte, en lo impalpable, presagia el futuro arte mozárabe y su relación con los estilos románico y ojival.
╠ Llega otro Musulmán, Hixem I, hijo del anterior, y construye el alminar de la mezquita.
╠ Llega otro Musulmán, Abd al-Rahman II, y amplía la mezquita. Con, por una parte, más materiales reciclados de otros edificios anteriores, materiales que incluyen más columnas visigóticas, columnas de mármol blanco del teatro romano de Mérida, y capiteles tanto romanos como pos-romanos. Pero con, por otra parte, ahora, el agregado de los primeros materiales - los primeros capiteles -
de manufactura árabe.
╠ Llega Abd al-Rahman III, derriba el alminar de Hixem I, y levanta otro. En 931.
╠ Y llega al-Hakam II, y agrega una segunda ampliación de la mezquita - pero, ahora, exclusivamente con materiales de su propia cultura o de cultura contemporánea amiga, en vez de materiales reciclados de culturas vencidas o pretéritas: manda labrar columnas alternadamente de mármol azul con capiteles corintios y de mármol rosa con capiteles compuestos; y solicita del emperador bizantino Nicéforo, y recibe de él en obsequio, los servicios de maestros mosaiqueros; en el año 965.
╠ Con otro personaje, Almanzor, otro paso - que no se sabe, en el momento, que es el último antes de otro cambio de cultura - otra ampliación; con materiales de cultura propia, especialmente columnas de mármol azul con capiteles compuestos, y de mármol borravino con capiteles corintios.
╠ Y vuelven los Cristianos - ya no Visigodos por supuesto, sino Castellanos. Y empieza el proceso de suplantación otra vez, si bien, en este caso, con sutilezas inhabituales. Vuelve a ocurrir la destrucción del edificio de la cultura anterior, en este caso, árabe, pero, y ahí está la inventiva, sólo en parte; y no por un costado como se esperaría sino en el centro del área de la mezquita, dejando todo lo demás en pie. Vuelve a ocurrir la utilización de materiales originarios del edificio de la cultura anterior, pero, y ahí está lo inhabitual, no los rescatados de la destrucción del centro sino los dejados en pie alrededor del centro, donde y como están; siendo los resultados como sigue.
……Se destruye y allana una porción del centro de la lati-mezquita musulmana, porción de tamaño suficiente para una catedral cristiana, y se construye la catedral, embutida, debiendo aclararse, para dar perspectiva a esta operación, >>>>>>>>