llegaron en 1496 - no más de cuatro años después de Guanahaní - los dos primeros barcos en navegar a Europa construidos en América.
Lo que reaviva en nosotros la pregunta sin respuesta de cómo puede ser que - habiendo una corriente marina de América a Europa y habiendo, por lo tanto, la posibilidad técnica de por lo menos derivas, aunque involuntarias sean, de América a Europa - nunca nada, que se sepa, parece haber navegado, o siquiera derivado, de América a Europa.
La historia de los varios no-Europeos aparecidos en una canoa en una costa septentrional de Europa en el siglo I y dados como esclavos al procónsul romano Publius Metellus es demasiado nebulosa y demasiado aislada para constituir una respuesta.
Por otra parte, también quisimos ir al Museo de Arqueología. Portón cerrado, sellado, mudo, ciego, sin siquiera cartel que identificase el edificio como Museo de Arqueología. Tuvimos que preguntar; y preguntamos a tres personas diferentes como confirmación recíproca, para asegurarnos de que ese portón es del Museo de Arqueología. Cartel de horario, ninguno.
Un alma caritativa nos indicó una oficina de información turística que tal vez conocería el horario del museo. Oficina de información. Puerta cerrada, sellada, muda y ciega. Y sin cartel con horario de atención al público.
Muy opuesta fue la atención que recibimos en Sanlúcar, donde la gente no escatimó ni tiempo ni esfuerzo para encontrar documentos que nosotros necesitábamos y que ellos no sabían dónde los tenían, donde la gente nos ofreció hacernos fotocopias, donde la gente se escondió para que pudiéramos tomar fotografías, donde la gente nos facilitó una escalera para tomar fotografías desde un ángulo mejor, donde la biblioteca incluso tiene horario a la vista.
Tuvimos que volver al museo.
No, no tienen fondos tartesinos, como esperábamos que hubiesen tenido.
No, no saben el punto exacto dónde Colón levantó anclas y velas para su segunda travesía. Se da por aceptado que fue en Cádiz propio pero sin más detalles - y, en ausencia de datos indiscutibles, cualquier sitio alrededor de la bahía no es imposible. Lo que decíamos.
Pero sí, nos vinieron con la vindicadora novedad de que Colón inició su viaje IV no en Sevilla, el 3 de abril de 1502, sino ¿dónde? pues en Cádiz, el 11 de mayo. Con cuatro carabelas. Fechas que, según observó astutamente Božka, no se excluyen y que, con todo el respeto debido al orgullo gaditano, bien pueden combinar en una salida oficial de Sevilla y una partida práctica cinco semanas >>>>>>>>