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que había, totalmente inapropiada para navegación de alta mar, y despachado a Santo Domingo.  Corría el día primero de marzo de 1511.

69- Nunca más se escuchó del esperanzado Gobernador Diego de Nicuesa.

70- ¿Y qué ocurrió con Martín Fernández de Enciso, el socio y futuro Alcalde Mayor de la futura capital de la futura gobernación del desaparecido futuro Gobernador Alonso de Ojeda? (28)

71- Apenas salido de Santo Domingo, apenas en alta mar, Enciso tuvo el disgusto de descubrir un polizón surgiendo de un casco entre los cascos de provisiones, polizón que, de esta manera, se escapaba de sus deudas en Santo Domingo. Esta sorpresa, a más de la ira del momento, iba a tener consecuencias fatales más adelante. Nombre del polizón endeudado en fuga: Vasco Núñez de Balboa. Es de preguntarse cómo, entonces, Balboa estaba en la comitiva dándole la malvenida a Nicuesa en el pueblo Darién.  Veamos.

72- Primer punto de tierra fire tocado por Enciso, en procura de Alonso de Ojeda, fue el propio sitio de la futura Cartagena de las Indias, lugar de los sanguinarios conflictos de Ojeda con los indígenas y, luego, de Ojeda y Nicuesa con los indígenas - pero sin saber Enciso de los conflictos, naturalmente, y, por ende, sin cautela.

73- Empero, esta vez, uno de los Españoles sabía un poco del idioma de los locales; en el momento crítico, se pudo establecer un contacto, y los "salvajes" - que estaban a punto de atacar a los Españoles de Enciso porque creían que eran los mismos que aquellos que los habían, poco tiempo antes, matado, herido, quemado, robado, arruinado - al enterarse de que estos Españoles eran otros Españoles, sin malas intenciones, según estos Españoles naturalmente se ingeniaron en hacerles creer, depusieron sus flechas y los acogieron con toda hospitalidad.

74- Y, justamente mientras Enciso estaba en esa futura Cartagena, pasó otra cosa. Apareció un bergantín. Así se enteró Enciso de las calamidades de su socio y gobernador Ojeda y de sus seguidores; de la boca de ... Francisco Pizarro.

Incluyendo el fin de la futura capital San Sebastián después de la partida de Ojeda en el barco de los piratas hacia Santo Domingo (21).  Así.

Al vencer el plazo de espera de 50 días estipulado, sin que Ojeda apareciera de vuelta de Santo Domingo, fue decisión unánime abandonar San Sebastián y regresar a Santo Domingo. Pero hubo una dificultad: más hombres de los que podían caber en los dos bergantines. Se acordó una solución macabra, eficaz e igualitaria, se acordó posponer la salida hasta que, por hambre, enfermedad o flechas envenenadas, la cantidad de hombres se redujera a la capacidad de los dos bergantines.  Lo que no fue mucho esperar.