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La mejor manera de imaginarse el laberinto de callejuelas, angostas, de angosturas variables, retorcidas, de torceduras variables, y sus erráticas intersecciones, como es el caso en Sevilla la Vieja, en Zalamea, y muchos otros pueblos, es imaginarse una ciudad común pasada por una compactadora de latas de conserva.

En Sevilla, todas las palomas son níveas. En los parques, nubes blancas voletean por el aire, tapices blancos cubren el suelo. Ya vimos muchas palomas y muchas palmeras pero nunca, hasta ahora, palomas blancas orlando las verdes curvas de palmas.

 Encontrar una norma en horarios sevillanos es más bien imposible. 
      Horario 1:  de 11 a 17; 
      horario 2:  de  9 a 14:30;
      horario 3:  de  9 a 17:30;
      horario 4:  de 10 a 14 y de 16 a 18.  Etc.

Estamos en Sevilla durante uno de los grandes acontecimientos tradicionales del año, sin habérnoslo propuesto, sin siquiera anticiparlo antes de llegar aquí, la Feria - con F mayúscula.

Estamos viendo una minoría, pero muy a la vista, de Sevillanas en vestidos con faralaes múltiples. Qué hermosura y qué variedad de colores, y combinaciones de colores. Qué contraste con el monocromatismo, la uniformidad, la monotonía, el anonimato, la falta de inventiva, la falta de personalidad, en la indumentaria de hoy.  Y las flores en el cabello.

Estamos viendo una minoría, pero muy visible, de Sevillanos en sus pantalones y túnicas grises que no admiten gordura, y con sus sombreros como no hay otros, pavoneándose en caballos adiestrados a dar pasitos que no llevan a ninguna parte para prolongar el placer de la ostentación.

Estamos viendo - no muchos en comparación con los coches de caballos mecánicos, pero bien a la vista - jardineras, manolas, pitas, y otros carruajes, jaladas y jalados por caballos de verdad, dos, tres, o cuatro, o cinco, ataviados con todos los arreos, vistozos y sonantes, que un caballo podría jamás desear.

Nuestro instintivo impulso fue tomar fotografías. Si fotografiamos Bolivianas y Guatemaltecas, ¿por qué no fotografiar Sevillanas? Pero la contestación fue "no". Porque para las Guatemaltecas y las Bolivianas, su indumentaria es de todos los días; esta indumentaria de las Sevillanas, lamentablemente, ya no pertenece a la vida diaria. "Lamentablemente" porque era otro mundo cuando cada región, cada pueblo, tenía su personalidad hasta en su indumentaria, antes de las globalizaciones locales, antes de la globalización global.

Estamos escuchando más castañeteo que en toda nuestra vida hasta ahora y probablemente que en todo nuestro futuro.

Y vimos - y también sufrimos - el loquerío en torno a la Plaza de Toros a la hora de una corrida.