amargo fin: de aquí, Sevilla, zarpó Colón, el 3 de abril de 1502, para su viaje final - que él, claro, entonces no sabía que sería final - y para su final desgracia.
•Estaba bajo prohibición real de ir a la Española, el propio centro de su hazaña original.
•Estaba desprovisto - por orden real - de su dignidad de virrey.
•No encontró paso - que, por fin, empezó a buscar - hacia Cipango, Catay y la India, la verdadera.
•Un asentamiento que trató de establecer en Panamá (Belén) no sobrevivió los ataques de los paraborígenes en defensa de sus tierras ancestrales.
•Su flota se vio carcomida por broma. A tal punto que dos de sus barcos tuvieron que ser abandonados.
•En Jamaica, Colón perdió otros dos barcos, por varados e insalvables.
•En consecuencia, ahí quedó incomunicado, desamparado, abandonado; durante todo un año; por mala voluntad del gobernador de la Española, quien no lo quería socorrer, quien incluso se burló de él mandándole, con estudiadamente estirada demora, una ayuda - simbólica e inútil. Sólo después de ese año de incapacitación y humillación, se le presentó a Colón una coyuntura de rescate por otros medios.
•Volvió a España desanimado, deshecho, enfermo; y murió dos años más tarde, sin haber logrado recobrar sus privilegios, e ignorado, mientras el alud europeo en América, que él había iniciado, seguía su curso creciente.
╠► Y en Sevilla, descansa la última desgracia de Cristóbal Colón, aun después de muerto - en la catedral, más solemnemente dicho, en la Santa, Metropolitana, Patriarcal, Iglesia Catedral de la Diócesis de Sevilla, Santa María de la Sede - descansa, de todas las visiones, glorias y amarguras colonenses, solamente un candidato al verdadero, hoy trashuesado, Cristóbal Colón - con el otro candidato, retador, en Santo Domingo, según allí aprendimos.
Mucho nos interesaba ver el sepulcro de Colón en Sevilla en comparación con el sepulcro de Colón en Santo Domingo. ¿Qué diferencia habría sobre el mismo tema?
Resultado. Los dos sepulcros son como día y noche, por la inimaginable diferencia de concepto; pudiendo ser el de Quisqueya, por su blancura, el día, y éste, de Sevilla, por su lobreguez, la noche; empero no suponiendo ello que uno sería mejor que el otro, si bien nosotros tenemos nuestra preferencia: el de Santo Domingo; no solamente por la diferencia de estética de los dos monumentos sino también por el hecho de que, estando el féretro de Santo >>>>>>>>