Como un pinchazo de alfiler, cambió la voz de Božka.
Ahí, tres incisiones; una, más larga, no del todo vertical, y dos, cruzando la primera, más cortas, no iguales entre sí, y no del todo perpendiculares a la larga. Una visión, en intaglio, de la aparición, en esfumato, que vimos y fotografiamos en el cielorraso megalítico de una de las cámaras megalíticas en Nueva Inglaterra ... la diosa cartaginense Tanish, o Tanith, o Tanit - según la identifican los entendidos en Nueva Inglaterra.
Las tres incisiones
Y como contragolpe de este golpe, nos dimos cuenta de que el cielorraso de esta cámara está hecho de travesaños megalíticos absolutamente análogos a los travesaños megalíticos de la cámara de Tanish - y de otras cámaras megalíticas - en Nueva Inglaterra; con la diferencia de que los travesaños megalíticos neo-ingleses son más largos ya que, en Nueva Inglaterra, se trata de cámaras verdaderas y esto, aquí, no es mucho más que un pasadizo.
Y como contra-contra-golpe de estos contragolpe y golpe, tomamos fulgente y maravillada consciencia de que estamos justamente en territorio de la antigua Tartesos - cuyas naves, fenicias, las más poderosas naves marítimas de su tiempo, entre los siglos VIII y VI a.C., son las naves que los cultores de los antiguos viajes keltiberos a Nueva Inglaterra identifican como el medio físico para el tráfico transatlántico entre paleo-Iberia y paleo-Nueva Inglaterra ...
Esta cámara megalítica se llama De Soto.
Otra paradita. Una iglesia de estilo mozárabe con toques de ojival. Santa María de la Granada, entre las calles diminutas, y frente a una plazoleta diminuta, del pueblo de Niebla.
El portal de la iglesia
Con la iglesia de ingrediente mudéjar de Palos, y ésta, de ingrediente mozárabe, y ciertas iglesias coloniales españolas en América que encontramos con elementos árabes, tendremos, algún día, que hacernos un cuadro comparativo de las nociones detrás de estas denominaciones.
Pasando por una zona de espectacular actividad minera al aire libre.
Espectacular, por una parte, por la extensión; quizás cada una de estas minas no sea campeona a la manera de Chuquicamata o de Bingham, pero, en total, se están tragando todo un distrito.
Espectacular, por otra parte, por la variedad e intensidad de los colores, cada color correspondiendo a otro mineral; paleta tan buena como, si no más intensa que, aquello del desierto Mojave o de los Andes argentinos. Será por algo que hay una fábrica de colorantes. No habrá sido sin razón que ya los Fenicios, los Romanos, los Arabes, se afanaban en explotar estos yacimientos.
Zona de Zalamea la Real y Nerva.
Incidentalmente, Nerva se llama así, si entendimos bien, por decisión propia en tiempos romanos para honrar al emperador Nerva por su inhabitual benevolencia.