embarcaciones de las tres originales, y con el vergonzoso enigma de la incomprensible orfandad, inencontrabilidad, de las riquezas y glorias asiáticas soñadas?
Colón ya había iniciado el regreso transatlántico solitario cuando recién, providencialmente, reapareció la Pinta, volviendo la navegación, después de una sonada altercación, menos atemorizante, y reduciendo la pérdida a anunciar a Palermos y Reyes a sólo una embarcación en vez de dos - Cristóbal Colón, en ese momento, no sabía que aun así tendría que anunciar y explicar la pérdida no de uno sino de dos barcos a los Palermos.
Y así se dejó llevar Colón de vuelta por vientos y corrientes contrarios a los que lo habían traído a Guanahaní, o sea por la otra mitad del círculo de corrientes y vientos que eternamente giran por el Atlántico; con un par de paraditas en islas ... portuguesas, hacia su episodio lisboeta de detallar, exponer, revelar, sus descubrimientos - y lo ilícito de sus descubrimientos a perjuicio de la corona portuguesa - justamente al rey portugués antes siquiera de alcanzar o pisar tierra española e informar de los acontecimientos a sus propios soberanos-auspiciadores.
Bien extraño sería que los Reyes Católicos no hubiesen sido embargados por la duda de si la tormenta que explicaba la presencia de Colón en Lisboa había sido realmente tan irresistible, cuando Pinzón, en la otra carabela y en la misma tormenta, había patrióticamente logrado alcanzar tierra española; y aun aceptando la irresistibilidad de la tempestad y la inevitabilidad del contacto de Colón con el rey portugués, no se hayan sentido traicionados por la demasiado libre lengua del navegante y Almirante de la corona española frente al rey rival.
Se cuenta, y es fácil creerlo, que si los Reyes de Castilla-Aragón no enjuiciaron a Colón fue por temor a que Colón se pasase al bando portugués.
¿Cómo sabía Colón de las corrientes hacia Europa? No por nada había estado en Eria y, se dice, en Islandia, en 1477.
▓▓ Y ahora tenemos otra vez Palos en nuestra pantalla - que, mientras tanto, pasó de Palos 1492 a Palos 1493 - festejando, en un tercio, y llorando, en dos tercios, el regreso de Cristóbal Colón, Colón con sólo una de las tres naves y con sólo parte de los marineros de la zarpada; según le tocó a Colón informar a los Palermos, sin la nao Santa María, encallada y hecha fortín en una costa allende la inmensidad oceánica, y sin la carabela Pinta, seguramente naufragada en la tempestad frente a Portugal.
Fue solamente muchas horas más tarde que un tercio de Palos pasó de llorar a también festejar - y festejar con creces en reacción a la pena recién sufrida - cuando la carabela que se creía naufragada, la Pinta capitaneada por Martín Alonso Pinzón, también apareció en Palos. Qué coincidencia que las dos carabelas, después de pasar por circunstancias tan dramáticamente diferentes, hayan llegado a Palos a sólo horas de intervalo.