felizmente no en reproducción total sino sólo en esbozo - los motivos por las superficies ahora sin frescos originales. Lo que tiene su interés; pero la San Salvador de Valdediós embarga como más venerablemente auténtica: entre otras cosas, tiene la bóveda de su nave arqueada, mientras que ésta tiene su nave truncada por un prosaico cielorraso de madera. Esta iglesia es la de San Julián de los Prados, en Oviedo.
Y otro recorrido de interés pintoresco.
Otra vez, a nuestra derecha, la mar; vista desde suficiente altura como para que se pueda creer ver, quizás por alguna iluminación, un poquitín más allá del horizonte; y vista desde un ángulo tal que, por la perspectiva, se vea no la habitual franja de color rocoso o arenoso o espumoso de la orilla, entre vegetación y mar, sino una yuxtaposición directa del azul cambiante del océano con el verde - un verde limpio, hasta brillante - de tapices de cultivos en las mesas de lo que parecen ser acantilados.
Otra vez, a nuestra izquierda, montañas, también verdes; ya no nevados. Montañas extendiendo profundas quebradas perpendicularmente hasta el propio nivel del mar. Lo que agrega otro ingrediente de interés.
No, no solamente el interés intrínseco de las quebradas, sino, y en lugar destacado, también el interés de las sorprendentes obras de ingeniería vial lanzadas por el espacio para cancelar las quebradas atravesadas, aplanarlas - trechos de viaductos-en-levitación más que puentes, obras, a la vez, técnicamente audaces por la altura y delgadez de los pilares y por la extensión y delgadez de los tramos, y estéticamente, como consecuencia, esbeltas, livianas, un poco milagrosas. Y como para realzar la impresión por contraste, como para dictar un curso de evolución ingenieril, no en un libro sino en obras vivas, cada una de esas quebradas está también salvada, muy modesta- y humildemente, aguas más arriba, con más angostura, por puentes-viaductos a la romana, piedra por piedra en vez de monolítico hormigón, y con cuatro o cinco o seis pilares para cubrir el espacio entre dos pilares de los modernos. No es que los viaductos a la romana sean poca cosa - a su manera, son impresionantes - pero por ello mismo, los recientes son, como dicho, un poco milagrosos.
Oh, pero el interés se va agudizando y profundizando.
Se terminó la carretera tipo alfombra mágica por encima de las quebradas. Nos encontramos embutidos, comprimidos, en el camino viejo, en sus violentas torceduras por las laderas bajando a las quebradas y subiendo de las quebradas, camino antiguo que hasta aquí estaba ya suplantado por la alfombra mágica pero que, desde aquí, es todavía el único modo de comunicación mientras se va construyendo la carretera nueva.
Para nosotros, un interés adicional; una demostración en vivo de etapas en la construcción de estas alfombras mágicas de hormigón, todo visto desde los >>>>>>>>