Vespuccia. La diferencia es que, mientras, por una parte, tanto los Franceses (hasta ahora) como los Québequenses nos resultaron amistosos por igual, por otra parte, los Ingleses nos resultaron extremamente amistosos pero los Vespuccianos extremamente inamistosos. (No podemos hacer comparaciones con el Canadá anglo porque estuvimos mayormente en sus regiones de fin de mundo donde impera una implícita hermandad entre extraños, cualesquiera sean, contra la soledad.)
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Nos estamos aproximando a Navarra. Ya pasamos por la señoría de Albret.
Y, a juzgar por una placa que reza
Aci qu'a bibut
Lou Curé Tauzin
Istourian e Poueta Gascoun
La Coumune e l'escole,
estamos en Gascuña.
A comparar con, respectivamente, el castellano y el francés:
Aquí ha vivido
El cura Tauzin
Historiador y poeta gascón
La Comuna y la escuela
Ici a vécu
Le curé Tauzin
Historien et poète gascon
La Commune et l'école
Ya podemos sintonizar emisoras en castellano en las ondas de frecuencia modulada; no únicamente en las ondas de amplitud modulada como lo podíamos hacer aun desde Eria. También ya hemos sintonizado una radiodifusora en vasco - otro idioma que nos es totalmente impermeable, después del bretón, galés, irés, y varios a todo lo largo de América. Y también ya podemos sintonizar, en ondas de amplitud modulada, programas en portugués, y en un idioma que, por la música que lo acompaña y que es indudablemente árabe, debe de ser algún árabe. Y también en frecuencia modulada, sintonizamos un idioma que no sabemos todavía si es catalán o gascón, o quizás otra cosa; de todos modos, un claro híbrido, mejor dicho congénere, francés-español. Es notable cómo Europa es una Torre de Babel que ni se sueña desde lejos.