Y así como, en América, la retrogradación cronológica siguió en su evolución a pesar de la resistencia de esos señores cofrades arqueólogos, aquí también, la retrogradación siguió, y llegó a nivel aún más antiguo.
Es que, eventualmente, con la calibración del C-14 por la dendrocronología, se descubrió que las fechas dadas por el C-14 estaban equivocadas ... pero no por demasiado antiguas sino por insuficientemente antiguas, situación resumida así:
Eria hasta 3300 a.C.
Pequeña Bretaña hasta 4800 a.C.
O sea, en Eria, el punto a mayor distancia de la cuna civilizadora menorasiática, una fecha en directa contemporaneidad con la antigüedad de la cuna misma. ¿Dónde está el difusionismo? Y en Pequeña Bretaña, más cerca de la cuna civilizadora, una fecha aún más antigua.
A lo que se debió agregar:
Iberia hasta 3700 a.C.
O sea, otra fecha en desafío de las fechas de referencia de Asia Menor, una fecha, además, que, aunque no se quiera pensar en ello, abrió la posibilidad a los atrevidos de pensar que el megalitismo ibérico podría tener su origen en Europa occidental y no necesariamente en Asia Menor.
Y para decir toda la verdad, los propios atrevidos, los propios devotos de antigüedad megalítica visieuropea en retrogradación, no supieron qué cara poner ante dos fechas que aparecieron, por C-14 calibrado por dendrocronología, por favor, no de la nada sino de una cámara megalítica, descubierta no ad hoc sino en la primera década del siglo XX, en un sitio donde ya se había descubierto dos cámaras megalíticas, en la sexta década del siglo XIX, en el interior de la colina artificial de Saint Michel, de 10 metros de altura y 115 metros x 50 metros de base, coronada por un santuario cristiano, algo como un Cholula mexicano cerca de Karnak.
¿Las fechas? 6650 a.C. y 7030 a.C. ..., aplastando las propias fechas menorasiáticas que habían servido de base, en la época pre-C-14, para la asignación, por difusionismo, al megalitismo visieuropeo, de una antigüedad de solamente 1400 a.C.
Muy divertida para nosotros esta confusión, porque - mientras las justas ideológicas en cuanto a la antigüedad y difusión de las civilizaciones precolonenses se podrían tomar con indulgencia, en consideración de la falta de referencia de partida desde el punto de vista de los arqueólogos europeos - es realmente notable que la misma confusión pueda existir y efervescer entre arqueólogos europeos en torno a algo que tienen bajo la nariz desde hace miles de años y que, de todos modos, está incrustado en una densa red de otros datos arqueológicos supuestamente conocidos con certeza.