maderos a la vista, con los maderos formando un interés visual, y los espacios entre los maderos, tapiados con alguna mezcla barrosa.
Para nosotros, este tipo de construcción tiene otro interés. Nos hace pensar - aquí, en esta Europa que se cree a años-luz delante y por encima del mundo que considera "primitivo, atrasado, desdeñable" - en aquellas edificaciones hechas de cañas tapiadas, y nos preguntamos si, en esencia, no es lo mismo, estos maderos calafateados y aquellas cañas calafateadas.
En cuanto a los supermercados, su apariencia externa es tan utilitariamente primitiva que nos hace pensar en los almacenes de la Hudson Bay Company en el Alto Artico canadiense, salvo que lo que, en el áspero, rudo, marginal, Artico, es inevitable, entendible y respetable, no se puede merecer, en esta desdeñosa Europa ultra-occidental - después de la sorpresa inicial - sino desprecio, sardónico desprecio.
A pernoctar. Esta vez, como experimento, en un pueblo, en la plaza de la iglesia.
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Noche perfecta. Delicia de los países humanos.
Hacia el primer sitio de aventuras americanas de la corona francesa desde Pequeña Bretaña; hacia el puerto de Saint-Malo.
Claro que la denominación calificativa "Pequeña Bretaña" no existe; que lo sólito es simplemente "Bretaña". Pero nos parece que esta denominación simplemente "Bretaña" es sólo una identificación sin savia dejando esta comarca kéltica fuera del contexto de sus comarcas hermanas kélticas, mientras que la denominación calificativa "Pequeña Bretaña" automáticamente destaca y hace apreciar tal parentesco con sus comarcas hermanas keltas de la otra Bretaña, Gran Bretaña.
Literalmente de paso, acabamos de ver una combinación de un grupo arquitectónico y de su ubicación, que no tiene equivalente en toda América: una esbelta flecha dominando una iglesia, dominando un monasterio, dominando una maraña de callejuelas medievales, cubriendo un peñón grandiosamente solitario y destacado en el medio de una vasta llanura siempre en peligro de ser inundada por el mar. El Mont-Saint-Michel.
Y las ovejas no están para decoración
En Saint-Malo, es fácil descubrir el antiguo núcleo marítimo porque cualquiera se esmerará en apuntar, hacia el reverentemente llamado Intra Muros - por las fortificaciones en el perímetro del núcleo - o hacia el menos reverentemente, hasta sospechosamente burlonamente, llamado Charco de los Patos - por la dársena en el centro del núcleo; pero es mucho más aleatorio descubrir - >>>>>>>>