P ¡Qué lúgubres, oscuras, tenebrosas, insondables, deprimentes, son las iglesias
parisinas, una tras la otra, comparadas con las iglesias hispanoamericanas, y las angloamericanas cuando las hay! Increíble.
P Si ello, por lo menos, nos hubiese protegido contra otros desengaños. Pero no. Por ejemplo, en gloriosa, legendaria Notre Dame, hay bastante lividez para ver los pilares y cómo las ojivas surgen de ellos hacia arriba. Los pilares y las haces de ojivas que aquellos sostienen parecen dos mundos heterogéneos acoplados expediente- y expeditivamente sin preocuparse de lo inestético, hasta ofensivo, de la incongruencia.
P Nosotros creíamos que las medidas anti-polizones en la entrada del tren metropolitano (subterráneo no se lo puede llamar por más que los indígenas lo llamen así) de Nueva York son un mordaz reflejo de cuán bajo se puede sumir la deshonradez ciudadana.
La entrada al metro de París le gana en este sentido. Hay que forzarse el paso empujando una batería de escudos, levantados, como escudos de legiones romanas o de policía anti-disturbios callejeros, para protección contra polizones sin boleto - pero haciendo el paso difícil a la gente honesta, aun sin paquetes, y casi o totalmente imposible a gente con algún bulto. A tal punto que, en la época de invierno, hay un servicio gratuito en las entradas para ayudar a la gente con esquís a vencer la valla.
P Nos había parecido extraña, inhumana y reprobable, la necesidad en Nueva York de especificar, como obligación, lo que tendría que ser natural conmiseración entre pasajeros de transporte público en cuanto a ceder su asiento a ciertas personas con dificultades.
Lo mismo, en este refinado, elegante, civilizado, altanero, y aparentemente, por lo visto, desalmado, París - si la conmiseración fuese innata, o por lo menos inculcada, no sería necesario legislarla; y en este interesante orden de prioridades: amputados de guerra, ciegos civiles, inválidos del trabajo, lisiados civiles, mujeres embarazadas, personas con niños menores de 4 años, ancianos de 75 años o más. Interesante y creativo: ¿por qué amputados "de guerra" y no simplemente amputados; por qué ciegos "civiles" y no simplemente ciegos; por qué inválidos "del trabajo" y no simplemente inválidos; y por qué no, simplemente, "inválidos" genéricamente para todo lo susodicho - ya que hay que legislar con-miseración, caridad, com-pasión entre los autodenominados civilizados como nunca lo vimos entre los naturales.
P Quizás en compensación, en algunas boleterías, hay pizarrones en los cuales aparece, cada día, un nuevo poema escrito a mano, y, en algunas estaciones, hay una muestra alusiva al nombre de la estación; excelente idea.