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¿Y las monedas, ya que estamos?

Todas, desde un centavo hasta una libra, con la cabeza coronada. Algunas tratan de amenizar el mundo substituyendo a la trillada forma circular un perímetro angular - y no simplemente hexa- u octogonal, sino heptagonal.

Las monedas de una libra tienen un rasgo que nosotros siempre creímos reservado a monedas de oro: una inscripción alrededor del canto de la moneda para que no se pueda raspar oro subrepticiamente de la moneda. Lo interesante es que hay monedas con inscripción perimetral en latín, un desafiante "Nemo me impune lacessit" y hay monedas con inscripción perimetral en galés, un solemne "Pleidiol wyf i'm gwlad", y ninguna en inglés; tal vez las haya y las veamos más adelante.

Salimos a caminar por el centro de Liverpool.

El enredo de calles, torcidas, disímiles entre sí en sus curvas y sus longitudes, sin un solo trecho realmente recto, es reminiscente de las ciudades coloniales brasileñas.
• El espíritu de los edificios es reminiscente de los edificios del centro viejo de Buenos Aires o Montevideo.
Ciertamente nada aquí que tenga la más mínima relación con ciudades vespuccianas.

Y dos cosas sin la más mínima similitud ni con América Ibérica ni con América Angla: por una parte, los autobuses de dos pisos - que acaso serían pintorescos elefantes mecánicos en espacios amplios, pero son voluminosos monstruos en estas apretadas calles - y por otra parte, los taxis de cuadradura tan pesada y anacrónica que parecen haber sido traídos por los Romanos para su conquista de su Bretaña - en aquellos tiempos, sí, antes de las invasiones por los Anglos-Jutas-Sajones, sería justificada la denominación de Bretaña, Grande o más bien del tamaño apropiado que haya sido.

Y otra cosa; que, curiosamente, tiene relación con América Ibérica y no tiene relación con América Angla: los coches de policía; la levemente cómica incongruencia entre su aspecto vulnerable y su función de brazo largo y pesado de la ley.

Y algo no muy inglés. Algunas mujeres con un pañuelo musulmán escondiendo totalmente la cabeza.

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Esta mañana, prioridad: aduana, coche.

Listo. Fiel coche en mano. Con un mínimo de papelerío y tiempo. Como en Miami. Y con un apretón de mano final como en Paraguay.