El propio nacimiento del estado de Nevada es un preclaro, para no decir apestoso, ejemplo de lo que es la política, de lo que es, aun en manos políticamente sanctificadas.
Resulta que justamente en esos tiempos, cuando nadie se podía poner de acuerdo en nada con nadie en cuanto a la estadificación del territorio - ni siquiera en cuanto al nombre, según vimos - cuando, después de dos años de argumentaciones, antagonismos, a todos los niveles, desde local a federal, se había llegado a un callejón sin salida, que en cualquier otro caso hubiese quedado sin salida por un extenso período de decantación o de cambio de actores, entonces, como por intervención de alguna mano invisible, anónima, pero indudablemente mágica, todo instantáneamente encajó en todo. En un urgente mes no más, octubre de 1864, con máxima premura y celeridad, una nueva constitución para el futuro estado fue propuesta, redactada, aprobada, en el territorio, y, en su texto integral, mandada a Washington, por telégrafo, por favor, a un costo de, en dólares de aquellos días, 3,416 dólares y 77 centavos, para ser aprobada por el gobierno federal según lo exigía la ley de estadificación.
Para entonces - si bien la ley exigía, pues, que el Congreso Federal analizase y aprobase la nueva constitución de todo territorio candidato a estadificación antes de que el candidato pudiese ser declarado nuevo estado de Vespuccia - en este caso particular, por alguna feliz circunstancia, el propio Congreso Federal - ya de antemano - había desistido de este requisito legal para no atrasar con tan dilatativo procedimiento, ni por un día, ni por una hora, la proclamación del nuevo estado.
Así fue que, el 31 del mismísimo mes de octubre, Lincoln proclamó el nuevo estado de Nevada.
Por pura coincidencia, el 8 de noviembre, se iban a celebrar elecciones; y Lincoln necesitaba todos los votos que le era posible rastrillar, aun los votos de Nevada, que él sabía de antemano que, así, naturalmente serían a su favor.
Pasamos por el pueblo de Scotty's Junction; por lo menos en el mapa figura como pueblo - en la realidad resultó ser un campamento de dos o tres casas rodantes; claro, se puede decir que, en este desierto, aun tal villorrio ya tiene categoría de pueblo.
Todavía pensando en Death Valley, Death Valley resultó ser mucho más variado, pintoresco, interesante, que la llanura gris y aburrida que nos imaginábamos.
Mientras tanto, la carretera estuvo subiendo y hasta llegamos a la altitud de la nieve. Tenemos ahora la situación, inverosímil, de vegetación desértica cubierta de nieve; hasta vimos cactos grandes, erguidos, con sus pies en la nieve.
Sí, cactos bajo nieve