También, nos olvidamos decir que - si bien ya habíamos visto, y escuchado, algunos pájaros locales - esta mañana, al levantarnos, vimos nuestra primera, y probablemente última, fauna terrestre local: unas lombrices tratando, no sabemos si bañarse en, o escapar de, los charcos de agua.
Nos desviamos un par de kilómetros para visitar - ...
Tuvimos que interrumpirnos para admirar la multiplicidad de belleza de las serranías que nos rodean; la mezcla y fineza de los colores es indescriptible, realmente como en el follaje otoñal de Nueva Inglaterra; también vimos dos formaciones geológicas tan perfectamente geométricas que no se puede no tener la fantasía de que fueron hechas artificialmente.
Como decíamos, nos desviamos de nuestro camino, para visitar el antiguo pueblo minero, hoy abandonado y en ruinas, de Rhyolite.
Rhyolite. Lo único interesante, pero bastante interesante, es los agujeros perforados en las empinadas laderas de los cerros circundantes, en lugares tan inverosímiles que uno se pregunta cómo supo la gente dónde cavar para hacer su trabajo de hormiga; agujeros que, de lejos, se parecen a gazaperas pero que, de cerca, como fuimos a averiguar, dan paso a un hombre y sus pertrechos.
Las ruinas mismas no tienen ningún interés; podrían ser cualquier pueblo arrasado por bombardeos; quizás convendría que la gente que no sabe qué es la guerra visitara Rhyolite.
La topografía ha recobrado la fisionomía que tenía antes de que llegáramos a Las Vegas, o sea que el camino corre en una línea perfectamente recta hacia el horizonte en una llanura desértica, con una hilera de sierras a ambos lados; salvo que, en este caso, las sierras, en vez de ser todas más o menos iguales en altitud y conformación, se dividen en dos tipos: unas, a mediana distancia, de formas más bien suaves, y otras, en la lejanía, escarpadas y altas, y mayormente cubiertas de nieve; de hecho, hace poco, tuvimos, a nuestra izquierda, la famosa Sierra Nevada - que, de paso dicho, no está en Nevada sino en Alta California. Esta mezcla de sierras y cerros salpicados de nieve, y de nubes tormentadas de todo tipo, resulta en vistas bastante dramáticas.
Pero, entonces, si la Sierra Nevada no está en Nevada, ¿por qué el estado de Nevada se llama Nevada? Creemos saber el motivo circunstancial de tal singularidad, mas no sabemos su motivo racional.
Resulta que, en los tiempos cuando este territorio todavía estaba al margen de la cantidad creciente de estados de Vespuccia, nadie lograba ponerse de acuerdo con nadie sobre nada en cuanto a la posible estadificación de este territorio también, ni siquiera en cuanto al futuro nombre del posible futuro estado. Entonces fue que alguien propuso la posibilidad de estado de "Nevada" para poner de acuerdo a todos aquellos que no se podían poner de acuerdo si llamarlo estado de Esmeralda, o estado de Humboldt, o estado de Washoe.