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Sí, el nebuloso ensueño - a la vez de quimérica realización, y de seductora tentación por su potencial de dar a esta Expedición Panamericana un realce inobtenible desde el interior de ella misma - se está por materializar; por lo menos creemos que, Dios mediante, se está por materializar.
Sí, no en vano pasó tiempo, bastante tiempo; estamos por ir a Europa - por lo menos a aquellas partes de significado americano en Europa.
► Ya hicimos las averiguaciones administrativas del caso para cada país europeo a visitar, así como habíamos hecho, en su oportunidad, para todos los países americanos; habiendo confirmado y complementado así por escrito la información ya anteriormente juntada oralmente a título de orientación.
Pero, esta vez, no nos dejamos sorprender en nuestra inocente desprevención como durante nuestras averiguaciones burocráticas previas americanas. Si bien, al iniciar estas averiguaciones, europeas, ni siquiera nos acordamos de aquel alud de asombros consulares americanos - y si nos hubiésemos acordado, hubiésemos pensado que semejantes deficiencias no podrían ocurrir en gloriosa, racional, intelectual, cartesiana, acropólina, Europa - cuando nos llegó la primera extrañeza consular europea, desencadenó, como alarma, aquellos recuerdos dormidos, supimos interpretarla como un posible presagio de una nueva cabalgata de asombros - asombros europeos, esta vez - y nos aprestamos a darles toda su debida importancia.
He aquí, en base a ello, nuestros vistazos preliminares de Europa, a través de las contestaciones de los consulados a nuestras solicitudes de información.
¿En qué orden?
¿Geográfico? Ni sabemos todavía en qué orden podremos cubrir todos esos países. Todavía no logramos encontrar un itinerario que satisfaga una mezcla de mínima lógica, a la vez intelectual (cronología histórica) y práctica (geografía). Y nos parece imposible lograr tal itinerario, con tantos de esos países, desparramados por las islas y penínsulas del mosaico europeo.
En orden alfabético, pues.