O sea que, ahora,
[■] por una parte, hay grabadoras para una gran masa de ineptos que no saben, y no quieren saber, otra cosa que apretar un botón para hundirse en un uso pasivo de sus artefactos;
[■] por otra parte, hay grabadoras para una microclase de altamente activos tecnócratas especializados que necesitan, y están dispuestos a pagar, equipos cuyos alta complejidad y alto precio tienen justificación únicamente en los resultados impuestos por las normas de moda (como ser grabar una voz cantante como nunca suena en la realidad);
[■] pero, entre los dos, total desaparición de grabadoras para la hacendosa, dedicada, clase media de los usuarios - que tendrían que ser la mayoría en una sociedad de calidad - usuarios que fenecen bajo la imposición de una mediocre pasividad, y sí florecen con la satisfacción de ejercer una creatividad propia de calidad decente, incluso frecuentemente una creatividad con una interesante variedad de sellos personales, sin necesidad de llegar a la tensión de un profesionalismo frecuentemente uniformado en un estereotipo universal.
Ahora bien, ¿por qué, a más de sufrir, asombrarse? ¿No se volvieron los coches tan modernos que tienen una lucecita en el tablero para indicar al conductor que no soltó el freno de estacionamiento, cuando el simple hecho de que el vehículo no se movería sería suficiente para indicar el mismo olvido? ¿No vimos, infinidad de veces, gente incapaz de sacar un rollo de película de una cámara fotográfica y, naturalmente, incapaz de colocar otro - o, a veces, tratando de colocar no el rollo dentro de la cámara sino, para expresar su idiotez de alguna manera, la cámara alrededor del rollo? ¿Cuántas cámaras fotográficas con capabilidad de lentes cambiables andan por ahí que nunca vieron otro lente que el 50 milímetros original?
Así se va hundiendo la humanidad. Cada vez menos cerebros afilados; cada vez más cerebros pasivos.
\NY/ Cuatro historias endo- y subterráneas.
1\ La geología de Manhatan - que tan firmemente sostiene la multitud de rascanubes; cuya solidez, en realidad, incitó, permitió, la construcción de rascanubes para compensar la relativa exigüidad de terreno de la isla - no tiene fundaciones tan inquebrantablemente fiables como parecen. Es sólo una bóveda, debajo de la cual hay capas mucho menos inquestionables en cuanto a firmeza, como ser mármol.
2\ El subsuelo de la plazoleta de nombre Washington Square es un osario: "contiene los restos de miles de personas; hasta el fin mismo del siglo XVIII, fue un lugar de aversión, una fosa común de indigentes, de esclavos y de personas matadas judicialmente - generalmente, matadas directamente en el sitio mismo".