Y cada uno de esos laboratorios de patógenos se llama un rascacielo - si bien rascanubes es suficiente.
/■\ Hay, en Manhatan, más de treinta "teatros Broadway"; pero solamente cinco están realmente en la famosa arteria.
/■\ Juegos para niños en parques están tan bien aislados del parque para seguridad de los niños que parecen jaulas para fieras.
/■\ Nevadas desencadenan medidas de limpieza; y una barbaridad que, según nuestro jueguito, "en Vespuccia no pasaría". Desencadenan:
……ensalado de las veredas por los dueños de los edificios; y de inmediato, a >>veces, apenas empieza a nevar, por el pánico miedo a juicios por resbalos;
……raspado de las calzadas anchas, amontonando la nieve en colinas para su >>remoción por super-acoplados;
……ensalado de las calzadas anchas;
……y raspado de las calles - por definición, angostas - desde el centro de la >>calzada hacia un costado.
Y en esto está la barbaridad de la cual, si la hubiésemos visto en otro país, hubiésemos dicho "en Vespuccia, eso no pasaría".
Es que, al empujar - y acumular - la raspadora mecánica la nieve hacia el costado de las calles, también lo hace hacia la hilera de coches estacionados paragolpe contra paragolpe; y, a veces, según como la nieve se acumule, empuja la nieve hasta hundir la chapa de una puerta o dos de algún u otro coche - solamente un coche o dos por cuadra, pero son docenas de damnificados por nevada, y sin recurso de compensación porque cómo van a demostrar que el hundimiento de la chapa no es anterior a la nevada, y cómo van a demostrar que fue precisamente la raspadora que causó el hundimiento. Felizmente, como nuestro vehículo es más alto sobre ruedas que todos esos cochecitos familiares, no lo amenaza tal peligro.
/■\ Un día, caminando por la calle, tuvimos un acceso de irreprimible jocosidad. Un vendedor callejero ofrecía naranjas "navales" ¡naranjas navales! Lo que instantáneamente se nos encimó con la Academia de Danza del Vientre para caballeros cerca de Washington; vimos, en hilarante sobre-impresión mental, el cartel de este vendedor ofreciendo "naval oranges" cuando tenía que haber sido "navel oranges" (naranjas de ombligo), y el diploma de la academia naval vespucciana orgullosamente proclamándose "Navel Academy" (Academia del Ombligo) cuando tenía que haber sido "Naval Academy". ¡Ah, delicias del analfabetismo anglo!
/■\ Lo que nos hace acordar del analfabetismo por teléfono. Ciertas empresas tratan de conseguir un número telefónico tal que las letras que corresponden a sus cifras formen el nombre o el producto de la empresa ya que es más fácil acordarse de una palabra con sentido que acordarse de un número anónimo.