necesario otro contraste de color). Es un espectáculo de deslumbrante elegancia canina; también, se asemeja a uno de esos bailes en los cuales los bailarines tienen pañuelos en las manos para realzar dramáticamente la complejidad y la amplitud de sus movimientos. También, y por esta misma razón, un tal perro calzado es una perfecta oportunidad para darse cuenta de, y quedar un poco sorprendido por, la mecánica de movimiento de patas perrunas.
Otra arma en el arsenal de belleza perruna es teñir el pelo - por supuesto no sólo la cabeza como en el caso de aquellos humanos infelices con sí mismos, sino todo el cuerpo; vimos un perro teñido color fucsia.
Y finalmente, vimos un perro tan churro y paquete que, encima de él, le seguía su globo de helio atado a su persona, por su collar.
5) El perro y su bienestar/malestar afectivo.
Con todos estos lujos, algunos de estos perros están tan hambrientos de atención que cuántas veces jalan de sus correas para recibir una caricia de algún extraño pasando en su vecindad - incluso nosotros. Parecen como esos niños que lo tienen todo en términos materiales, mas no la atención afectiva de otro ser viviente.
Hemos visto dueños con tan poco tiempo para pasear su perro que ni le dan el tiempo de levantar la patita, y menos de olfatear. Hemos visto perros levantar la patita pero, arrancados por la implacable correa, tambalear sobre tres patas, sin poder terminar su necesidad. Lo que llega a
6) El perro con dueño en ausencia.
Hay dueños tan atareados que no pueden ocuparse de su perro ni a la corrida. Tienen que pagar - y es una pequeña fortuna - a paseadores profesionales de perros. Hay servicios de lujo, individuales para cada perro. Hay también servicios colectivos, en los cuales cada paseador junta de cinco a ocho perros, a veces más, para paseos comunitarios. Y hay tanta demanda para paseadores que, a más de los paseadores individuales por cuenta propia, hay también empresas con paseadores-empleados a sueldo.
Los paseadores
El caso extremo de dueño en ausencia es el dueño que tiene que ausentarse dos o tres días. Y ¿qué, con el perro? Una llamada telefónica traerá un amo o una ama de perros para hacerle compañía permanente al perro a domicilio.
¿Y para ausencias del dueño más largas, que harían un tal dog-sitter por demás oneroso? No hay problema. Hemos visto, y tenemos en nuestros archivos, una publicidad de pensión para perros, con: