Philosophy PhD, o sea un Doctor en Filosofía en Filosofía. Y si la cosa parece por demás absurda, la tenemos documentada en nuestra Antología de Absurdidades confeccionada en Shallotte.
Esta mentalidad de miedo a bien merecidos títulos universitarios tiene fascinantes ramificaciones.
Por ejemplo, en una reseña presentando un conferenciante, donde, en verdad, no se puede ignorar por completo el título, se estructura la reseña con pincetas, con el título, escondido en el medio del texto, cuando la gente presta menos atención, y prontamente contrabalanceado por la igualadora, tranquilizante, llaneza del simple nombre ¡sin apellido! y en su forma de intimidad familiar; como sigue, refiriéndose al conferenciante:
Lawrence Smith - - - etc., etc.
Doctor Smith - - - - etc., etc.
Larry - - - - - - - etc., etc.
Fascinante.
/■\ Y las señales callejeras desconsideradamente, a sabiendas, equivocadas, incluso traicioneras. Otras reminiscencias.
► Hay el caso de la calle donde quisimos estacionar para observar y esperar la iluminación apropiada para tomar una fotografía. Como la única manera, en Nueva York, de conseguir estacionamiento en un lugar específico es llegar cuando la calle está vacía de coches para la limpieza, fuimos a averiguar de antemano cuándo son esos momentos según los carteles.
Cuando, más adelante, llegamos en el día y la hora apropiados, con la tranquilidad de que conseguiríamos nuestro sitio favorito, encontramos toda la calle ocupada como si nadie se hubiese movido en dos días. No entendimos. Volvimos a intentar en la próxima oportunidad. Lo mismo. No entendimos. Volvimos a intentar en la próxima oportunidad. Lo mismo. Fuimos a preguntar a la comisaría de policía justamente sita en la cuadra de nuestro interés.
- Sí, se nos dijo, los carteles indican los días y las horas oficiales de >>limpieza de la calle, pero por aquí tenemos diferentes días y horas de >>costumbre local.
- Y entonces ¿cómo sabe la gente?
- Cualquiera que vive aquí lo sabe.
- ¿Y los que no viven aquí?
- Ahí está el horario de limpieza de la calle, en la pared al fondo, a la >>entrada al calabozo ...
La próxima vez, llegamos según el cartel cerca del calabozo y no según los carteles de la calle, y conseguimos nuestro estacionamiento preferido.
A agregar a nuestro jueguito que "eso en Vespuccia no pasaría".