influencia judía hasta en el sistema de estacionamiento de una ciudad-megalópolis como Nueva York.  Pero así es.

El sistema básico de estacionamiento, según ya mencionamos, requiere una prohibición rotativa de estacionamiento, por la cual todos los coches estacionados en las zonas y tiempos marcados tienen que desaparecer aunque sus dueños no tengan razones para moverlos, aunque tengan razones para no moverlos. Por ejemplo, cuando tal obligación de mover los coches ocurría en un día religioso judío, los Judíos se encontraban ante el dilema de violar ya sea la ley humana de mover sus coches o la ley divina de nada hacer en días religiosos.

Entonces, los Judíos exigieron, o por lo menos pidieron con suficiente autoridad, que, en sus días religiosos, se suspendiese la obligación de mover los coches, para no ponerlos en la obligación de violar la ley divina. Y así lo lograron.

Naturalmente, la municipalidad no pudo no otorgar el mismo privilegio a la otra gran religión, la cristiana.

Así se estableció el presente sistema de suspensión de la obligación de mover coches estacionados, según el cual hay trece días de suspensión judíos al año - tanto como todos los días feriados civiles oficiales juntos; y según el cual los Cristianos, incluyendo Protestantes, Católicos y Ortodoxos, recibieron las migajas de ocho días entre estos tres ...

P.S.2.
Calle 47 entre Quinta y Sexta avenidas. No hay razón por qué habría que prestar atención a los comerciantes paraborígenes en Ecuador, en Guatemala, o Perú, o Bolivia, y no prestar igual atención a los comerciantes judíos en joyería - desde oro auténtico a deslumbrantes imitaciones de diamantes - en la suso-indicada cuadra.

P.S.3.
•Según por lo menos una mala lengua - no-judía, la que nos lo dijo - Israel es el quincuagésimo-primer estado de Vespuccia.
•Según por lo menos una mala lengua - judía, la que nos lo dijo - una persona que habla tres idiomas es un trilingüe, una persona que habla dos idiomas es un bilingüe, y una persona que habla un solo idioma, es un Vespucciano.

Así vimos los Judíos en Nueva York.

/■\  Hay visiones fugaces, efímeras, para las cuales es indispensable, si bien no es necesariamente suficiente, la presencia de una mujer negra. Algunas mujeres negras tienen su cabello en un peinado tan elaborado que es una pieza de museo; habitualmente, en alguna combinación de trencitas que se podría llamar minimalistas; a veces, incluso, entreveradas con cintas, o enhebradas con cuentas, o salpicadas de materiales con destellos como piedritas o lentejuelas.