si ellos lo pueden llamar así en un cartel luminoso grande - no sabemos por qué no lo podríamos llamar nosotros en negro sobre blanco, un quilombo. Sí, un quilombo con cartel grande, para los desesperados, abierto las 24 horas del día y de la noche. Pero, ¿por qué sorprenderse? si no fuera por los juegos de azar desenfrenados, los casamientos al instante, los divorcios casi tan rápidos, y los burdeles, Nevada no sería lo que es.

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Ahora sí, echamos a andar.

Las sierras no dejan de llamar la atención porque no son muy altas y sin embargo son bastante escarpadas.

El Sol trata de abrirse paso a través de las nubes pero sin mucho éxito; apenas si se ve un foco luminoso detrás de las nubes.

Llegamos a lo que no se puede llamar el "pueblo" de Death Valley Junction, o sea de Empalme del Valle de la Muerte. No se lo puede llamar pueblo porque hay una sola construcción.

Pero qué sorpresa - fantasmal, feérica, sorpresa - en una dependencia de este solitario edificio, de planta baja, en forma de una muy extensa herradura, e incluyendo una posada mexicana; más sorprendente que un Teatro de Opera en una ciudad grande ... porque precisamente es un Teatro de Opera, en este foco de desolación dentro de centenares de kilómetros de desierto, un Teatro de Opera como probablemente ninguna ciudad grande podría ostentar, un Teatro de Opera con capacidad para 360 espectadores y con concurrencia mínima garantida, en cualquier función, de 260 espectadores.

Ahora que Teatro de Opera no quiere decir que se representa óperas, sino que la sala que sirve de teatro tiene sus tres costados no del escenario metamorfoseados por murales imitando las columnas, los palcos y la audiencia de una sala de ópera verdadera; en el escenario lo que se representa es danzas clásicas y pantomimas; el cuerpo de ballet y las figuras estelares, todos en total, suman a una sola mujer; las columnas, los palcos y los 260 espectadores del siglo XVI español pintados en las paredes son la creación de una sola mujer, la misma; nada más que la pared de atrás le tardó más de un año de labor; y el público en los palcos, no por incluir un grupo de gitanos con su laúd, excluye al rey, la reina y su corte; esta combinación de ballet clásico, de pantomima, y de murales, es la realización de un sueño que tenía esta mujer desde jovencita; el público de carne y hueso - que de ese tipo también lo puede haber - toma su asiento en unas cien sillas plegadizas en este antiguo galpón metamorfoseado en un lugar donde un sueño se hizo realidad.

Los murales representando gente sentada en los palcos, aun cuando muy bien hechos, naturalmente se ve que son murales; pero también vimos murales representando, como colgados de la pared, una mantilla, un sombrero, una tira de ajíes, y estas representaciones lucen tan realísticas que es solamente >>>>>>>>