/■\ Catedral San Juan el Divino (Saint John the Divine).
Con el siglo XXI a la vista, siendo hacendosamente construida en estilo ... ojival. Por colmo, en estilo ojival fallado.
Con los andamios y el dibujo de lo que será
Una consecuencia mayor del estilo ojival es permitir, en las paredes, grandes vanos para ventanales; de ahí, los vitrales con su doble posibilidad, de hermosos colores translucentes, y de luz - hermosa luz, a veces con "románticos" rayos de sol - dentro del templo.
Esta iglesia tiene vitrales, sin duda, pero sin duda, por alguna razón, necesita, aun con pleno sol afuera, luz artificial tan imprescindiblemente como la iglesia excavada bajo tierra en la mina de sal, en Zipaquirá creemos que fue; y esta iglesia, aun con sus focos eléctricos permanentes - o sea incluso fuera de las ceremonias - es más oscura que aquella iglesia de la mina de Zipaquirá, con vacíos de misteriosa negrura como los hay en insondables cavernas.
Una iglesia, ya sea demasiado grande, o con su tamaño mal explotado.
Y lo mismo se puede decir de su órgano; ya sea demasiado grande o con su tamaño mal explotado. Un órgano con más de 8.000 tubos (desde chiquititos que un ladrón podría ponerse en el bolsillo, hasta gigantescos dentro de los cuales el ladrón y un compinche podrían esconderse - que es donde radica el problema, (no por el ladrón sino por el tamaño). El sonido del más gigantesco de esos más de 8.000 tubos es atronador, estremecedor - físicamente estremecedor, especialmente cuando no se lo conoce y no se lo espera como nos pasó a nosotros. Y la pregunta es si eso es buena música o mal gusto, si es ira divina o payasada cirquence.
Tres circunstancias atenuantes.
/+\ Circunstancia atenuante I. Está siendo construida "a mano", en la manera artesanal antigua, o sea con piedras talladas una por una, re-introduciendo así el viejo arte de tallado de piedra entre gente joven que, de otra manera, no tendría, y no sabría, qué hacer de su vida.
No es sólo tallado geométrico de piedras; también hay esculturas tomando forma, liberándose, brizna por brizna, de sus bloques pétreos originales.
Es fácil imaginarse que edificar con piedras talladas una por una es trabajo lento, laborioso; pero hay que ver lo que vimos nosotros para sentirse aplastado de asombro ante la epopeya de edificar una catedral - con el tamaño y la complejidad que ello supone - con piedras talladas; una-por-una. Abrumador.
La concepción artística y el cálculo técnico ya tienen que ser un reto intimidante de sobra. Pero luego ...