También, con obvio interés y por razones obvias, notamos que:
a) Muchas esculturas medievales originalmente estaban policromadas con mucha brillantez; de manera que, así como ocurre con el arte americano precolonense, según vimos, así ocurre con lo europeo antiguo que, hoy, se ve solamente en una versión monocroma de un mundo que era policromo.
b) El arte medieval estaba lleno de simbolismo; con las inefables delicias de escuchar tantas interpretaciones de él como la imaginación permite, así como nos ocurrió en Palenque y en otras partes. Por ejemplo, ¿es el significado de cierta obra:
- la caza y captura de un mágico unicornio; o
- una historia de amor, con el enamorado eventualmente capturado por la >> dama de su pasión; o
- los padecimientos y la crucifixión de Cristo; en este caso, siendo el >>unicornio en captividad la representación de Cristo resurrecto?
Nos preguntábamos por qué el nombre es "Los Claustros" cuando el edificio representa un solo claustro. La trampa es que la palabra "claustro" puede significar todo el monasterio o convento, pero también puede significar sólo una galería abovedada, y éste es el significado que se le da aquí.
Dos reminiscencias surgieron en nosotros, a más de las ya mencionadas, por la torre cuadrada de tres o cuatro pisos y el estacionamiento civilizado bajo extensos árboles; la torre ídem y el estacionamiento ídem de Palenque.
/■\ Iglesia San Bartolomeo (Saint Bartholomew's Church).
Es una feliz coincidencia poder visitar, uno tras el otro, ese claustro y, luego, esta iglesia. Tienen una cosa en común; sin embargo, son dos mundos diferentes.
En común, tienen el mismo estilo de sobriedad y terca estabilidad. Sus dos mundos de diferencia son los tratamientos dados al estilo; de ascética piedra, en aquel claustro, de casi impalpablemente refinados revestimientos - mezcla de sobrios azulejos pardos y de discretamente chispeantes mosaicos - en esta iglesia.
La primera cosa que se ve en esta iglesia, empero, aun antes de entrar en el templo propio, en el pórtico, es doce camas lado a lado, como asilo nocturno para desamparados. Con desayuno, se nos dijo. Y, según se nos dijo, lo peor no es el desamparo, es que, en vez de sentirse en fraternidad de infortunio, desconfían intensamente cada uno de todos los demás.
Las camas
De todos modos, acostarse en una de esas camas es tener a la vista la lujosa hermosura de finamente centelleantes mosaicos como aun los más pudientes neoyorquinos no tienen encima de sus lechos.