Pero conceptos van cambiando; ahora, en la vida diaria, se critica el exceso de envoltorios, se va retornando botellas. Como comentamos repetidas veces entre nosotros - si bien nunca llegamos a anotarlo hasta ahora - Vespuccia está décadas, si no un siglo o dos, detrás de Bolivia y otras sociedades en armonía con el planeta.
También aprendimos el tiempo que llevan varios materiales para desaparecer por podrimiento (para "biodesintegrarse", en lenguaje de mayor distinción), desde un par de meses a media eternidad:
Papel ordinario; según espesor : 2-5 meses
Cartulina impermeabilizada : 5 años
Plástico en película (como bolsa) : 10-20 años
Plástico rígido (como contenedor) : 50-80 años
Plástico en espuma : incontables siglos
Tela de nilón; según textura : 3 a 40 años
Zapatos de cuero : 25-40 años
Filtro de cigarrillo : 10-12 años
Aluminio : 90-100 años
Esa innocua cáscara de naranja : 6 meses
Dos contribuciones a este muy meritorio Museo de la Basura.
Una. El mensaje está dirigido tan preponderantemente a escolares (alrededor del cuarto grado) que, a los adultos que los acompañan (otros adultos no vimos), toda la cosa seguramente debe de parecer "cosa de chiquilines" que no concierne a adultos. Además, nos preguntamos qué influencia pueden tener en los niños los veinte minutos que pasan en el museo contra los quince años del mal ejemplo diario dado por adultos.
Dos. Este museo, en vez de encontrarse escondido, pintorescamente, entre basurales y bañados, tendría que estar, activistamente, a la vista en el barrio más basurógeno de Nueva York, y replicado, en decenas de ciudades, desde Argentina hasta Alaska.
Y ahora, nosotros, ¿qué?
El problema es que nuestra próxima meta - y última meta general de esta Expedición - es Nueva York; que Nueva York está a sólo quince kilómetros a vuelo de pájaro; y que nos es inaccesible hoy, mañana y pasado mañana; porque hoy es sábado de tarde, mañana es domingo, y lunes es algún feriado - muy probablemente corrido de su fecha auténtica a un lunes burocrático; y porque, en todos dichos tres días, cada uno por su razón, no está en efecto una institución neoyorquina que es una esclavitud para aquellos que tienen su coche estacionado en la calle, pero que es una salvación para aquellos, como será nuestro caso, que necesitan encontrar sin falta un espacio de estacionamiento determinado y lo pueden encontrar solamente cuando dicha institución está en efecto.
Es la institución de remoción obligatoria, durante tres horas, de todos los vehículos estacionados, de un lado de las calles, tres veces a la semana, y >>>>>>>>