oo Por ejemplo, también notamos lo tranquilo que son los motores de las avionetas, mucho más tranquilos que en motocicletas, más suaves, hasta tranquilizantes, por más extraño que parezca.
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Lunes, 7 de enero. Sorpresa, sorpresa.
Ayer y anoche, llovió sin parar. Pero durante la noche, por oído, cesó de llover; naturalmente, mejor para nuestra salida de la madrugada.
Ah, pero, la sorpresa, la traicionera sorpresa, esta madrugada. Sí, había dejado de llover; pero, por cada gota que no caía, caía, y cae, un silencioso copo. Está nevando. El peligroso silencio de la nieve; que nos retrae, en memoria, a la misma observación, en los primeros meses de esta Expedición, hace ocho años, sí, ocho años hace. Y el pronóstico es de ambituras oscilando entre apenas encima de 0ºC y unos 5 grados debajo de 0ºC, lo perfecto para crear y mantener las peores condiciones posibles de resbalamiento. Y el pronóstico es de más de lo mismo, toda esta semana. No, gracias; no nos movemos.
Anotación miscelánea de último momento.
Haití: otra revuelta. Pobre gente.
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Lunes, 14 de enero.
Viajando. Hacia nuestra próxima meta; un centro de investigaciones de horticultura "orgánica".
Viajando, a veces, por entre y por encima de serranías, muy silvestres; a veces, por semi-llanuras, agrarias. No por casualidad; así eligimos para evitar la peste de las autopistas. Y tenemos nuestra recompensa.
Una rareza. Casas construidas de piedras, piedras substanciales, no de decorado; eso lo sabemos porque también vimos un par de ruinas mostrando el interior de las paredes.
El tiempo, fresco y soleado como para compensar las miserias - nieve, lluvia congelada, y hielo resultante - de la semana pasada; a tal punto que sería fácil olvidar que el estado de Pennsylvania produce más contaminación ambiental que ... todo Brasil.