los Amishes, en el mejor de los casos, como objetos de curiosidad y, más comúnmente, como objetos de desagrado, especialmente que los Amishes son, según escuchamos, demasiado astutos comerciantes.
Nuestra pregunta es: ¿Son los Amishes piezas de museo en vía de ahogamiento en una sociedad envolvente implacable, o son ellos en vía de aumento a juzgar por el aumento de su población?
Mientras tanto, las ondas radiofónicas locales dan ilustraciones de que el mundo no tiene por qué ser un permanente torrente, de exaltación artificial, y de real histeria, etc.
~ Ejemplo de publicidad (en voz pausada): "Y aquí nunca le empujaremos a comprar algo. Le daremos toda la información que Usted necesita y desea, y esperaremos que Usted haga su determinación. Y si Usted decide no comprar nada, Usted quedará nuestro amigo hasta la próxima oportunidad."
~ Ejemplo de preocupación de una oyente participando por teléfono en un programa: "¿Es realmente moral tener dos precios, uno, para amigos y familiares, y otro, para el público en general?"
~ Otra preocupación: "Mi hija, de seis años de edad, recibió cinco dólares y quiso darlo todo al Señor. Yo le expliqué que no, que dar a la obra del Señor es excelente pero no todo, que, a lo largo de toda la historia, siempre la costumbre fue dar un diezmo. Pero ella insiste que quiere dar todo. ¿Qué debo hacer - dejarla hacerlo para preservar el idealismo, si bien no es realista, o limitar la dádiva a 10/oo por imposición, pero con el peligro de apagar un bello impulso?"
Y ahora, nosotros, ¿qué?.
El problema es que, analizando qué tendría que ser nuestro próximo paso, y qué pasos nos quedan de aquí a Nueva York, nos dimos cuenta de que la semana, aproximadamente, que nos queda de aquí a Nueva York, estaría interrumpida por un fin de semana, y por ende, probablemente, un compás de espera, en una zona que no permite mucha esperanza en términos de hospitalidad, y, al contrario, es famosa por su delincuencia, y su contaminación, una perspectiva muy poco halagüeña para la última semana de viajar de la Expedición, salvo que - pero ...
Por lo tanto, hemos decidido volver - a pasar el compás de espera hasta el próximo lunes, para tener, luego, por delante toda una semana sin cortar - a la pista de las avionetas donde todo el mundo nos trató tan bien y donde, cuando nos despedimos, se nos invitó a volver en cualquier momento que lo desearíamos. Bueno, ahora es cuando lo deseamos. No es lejos, pero a ver si llegamos antes del anochecer.
Llegamos con noche cerrada pero nos sentimos en casa.