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A casi cada paso, hay que asombrarse ante el contraste entre el simple primitivismo silvestre y campestre de la naturaleza en la producción de sus fragantes, sabrosos, cromáticos, variados, hongos, y la complicadísima alta tecnología de los cultivadores en la producción de sus hongos que, de hongos, mucho más que el nombre no tienen.

Y también aprendimos que reducir hongos a polvo, como se ha intentado, no es buena idea comercial; pero enlatarlos, sí lo es.

(o) Se los deja enfriar.
(o) Se les corta el tallo.
(o) Se los lava.
(o) Se los pasa por tres cintas transportadoras para inspección de calidad >>>desde tres ángulos diferentes.
(o) Se los escalda, con dos propósitos: para matar sus enzimas de manera que no >>>se oxiden, y para encogerlos al tamaño al que se encogerían luego en la >>>lata si no se hiciera ahora, dejando la lata un 40/oo vacía.
(o) Otra cinta transportadora, para otra inspección de calidad.
(o) Llegan al puesto de llenado de las latas, con pesado individual de cada >>>lata y con agregado de salmuera liviana, todo automático.
(o) Y las latas viajan, automáticamente, hacia las máquinas de tapado y soldado >>>automáticos.
(o) Finalmente, se somete las latas - bueno, los hongos en las latas - a >>>cocimiento bajo presión amenizado por esterilización.
(o) Y listos para despacho a plaza. Menos sus enzimas y vitamina C; si bien con >>>sus minerales y vitaminas B.

Nuestra manera de guardar hongos silvestres, con todo su sabor, todo su aroma, por tiempo indefinido, sin latas como gasto y como contaminación en su producción, sin latas, luego, en el basural, sin instalación para cocimiento bajo presión y con esterilización: cortar en tajaditas y dejar secar.

Es realmente de notar que, entre las 38.000 especies de hongos - con una multitud de formas, desde craneal a ramificada, con una multitud de colores, desde blanco níveo a pardo oscuro, pasando por rosa acuarela, violeta liviano, amarillo, naranja fuerte, y otros - el único tipo que se cultiva en grandes cantidades es el más elemental en forma, la craneal, y el más elemental en color, el blanco níveo, y el más elemental en gusto, o quizás insulsez, en comparación con los hongos silvestres.

No es éste un método único e inevitable de cultivo, y no son estos hongos únicos e inevitables. En Asia, se cultiva otros tipos de hongos y por otros métodos, totalmente diferentes. Y en Europa, a más de tener estos hongos monocromáticos y mono-todo, los indígenas son todavía tan atrasados que se siguen deleitando con hongos silvestres, y, a veces, pradeños.

Las primeras referencias a hongos conocidas son de Egipto, pero, evidentemente, hongos deben de haber sido parte de la alimentación humana desde el alba de >>>>>>>>