VV Viajar por tren metropolitano se presenta pintoresco: las líneas no se identifican por números sino por colores; el plano, una paleta de pintor: rojo, azul, naranja, amarillo, verde. Pero ahí termina la gracia. ¿De qué sirven lindos colores si hay diferencia de opinión en cuanto a cuál color es qué color? Es el caso del color que aquí llaman naranja pero nada tiene que ver con naranja. Sólo por eliminación de los demás colores se puede saber qué color aquí se toma por naranja. Además, ¿cómo se las arreglan los daltonianos, o si se prefiere, los acromátopos? ¿Tendrán los colores algo que ver con analfabetismo?
Y pasando de plano a realidad, la cosa se vuelve peor. Mejor tomar un cursillo antes de aventurarse.
→ El horario varía. ¡El domingo, el servicio empieza recién a las 10! El servicio termina a la medianoche, pero no hay garantía; hay que fijarse en cada estación para posible terminación más temprana.
→ Los precios varían, según la hora del día y el largo del trayecto. Y nadie para vender boletos. No es que no haya nadie. Hay alguien, pero enclaustrado detrás de su grueso vidrio, con su batería de seis u ocho pantallas de televisión en circuito cerrado dándole una vista de todo cuanto ocurre en la estación en cada instante en cada lugar. Pero el pasajero está dejado por cuenta propia a calcular las coordenadas de estas dos variables de hora y distancia y a enfrentarse con una máquina para comprar una tarjeta magnética que sólo otra máquina entiende.
→ Una vez adentro, sin embargo, se puede apreciar un ambiente bastante distinguido y silencioso.
→ Y no hay que perder la tarjeta porque es necesaria no sólo para entrar sino, más importantemente, también para salir.
VV Moverse por la superficie de Washington tampoco es sin sorpresas - a más de los carriles alternantes y de los virajes cambiantes.
En un mapa en nuestras manos, la escala, a más de estar indicada en las antiguas millas, también lo es, laudablemente, en kilómetros: "Un centímetro vale 0,14 kilómetros." Sí, así, en plural, aunque la medida no alcance a siquiera un solo kilómetro entero.
Y sigue la aclaración de qué es 0,14 kilómetro(s). Es, dice el mapa, "136 metros" ... Realmente incomprensible cómo el genio llegó de 140 a 136. Tendría que ser fascinante escuchar su razonamiento. No puede ser simple ignorancia. Aun en Vespuccia.
¿No es ello otra joyita para nuestra Antología?
VV He aquí otra joyita para nuestra Antología. Un político clamando por radio: "All the Chamber of Commerces" en vez del correcto
"All the Chambers of Commerce" ...