español english français česky

las primeras criaturas en tener una espina dorsal; luego, anfibios; luego, los primeros casos de vida fuera del agua, o sea terrestre, con restos de plantas tipo helechos, de reptiles parecidos a salamandras y a lagartos, de insectos.

Pero este magno registro de fósiles tiene su paradoja. La paradoja de que, por un lado, alcanza el abismo de las entrañas terrestres y del principio de los fósiles, pero por otro lado, no alcanza, no incluye, las formaciones geológicas y los fósiles que nos serían más cercanos. Por la simple razón de que las capas más cercanas a nuestros tiempos geológicos, las más externas, las últimas en llegar, fueron las primeras en desaparecer, bajo la incesante labor de la erosión; y con ellas, sus fósiles.

Aun con este truncado, dichos restos paleontológicos son tan interesantes que fueron organizados en un museo, a la vez como muestra para el público, como material de investigación para los estudiosos - de paso, es increíble, o quizás no tan increíble, que el vandalismo exista hasta aquí: hace unos años, unos vándalos forzaron la puerta de acero protegiendo los depósitos más valiosos y les prendieron fuego.

Y tal como el infinito y nunca concluso burilado del Cañón sigue ahora mismo mientras estamos aquí - sería interesante saber a razón de cuántos granitos de tierra por segundo, o minuto, u hora - así, esos fósiles siguen teniendo sus sucesores en las plantas y los animales de hoy.

En cuanto a las plantas y los animales de hoy, hay dos factores primordiales: uno, insospechado, la profundidad del cañón;
otro, la separación, la incomunicación, de las orillas.

La profundidad del cañón, 1.350 metros debajo de la orilla sur, incluso 1.700 metros debajo de la orilla norte, es su dimensión más importante; más importante que su longitud, variadamente medida entre 350 y 440 kilómetros, según quién la mide y cómo - lo que, de paso, es increíble - y más importante que su ancho, que varía entre 6 y 28 kilómetros.

La profundidad es más importante que largo y anchura porque largo y ancho no tienen más consecuencia que su existencia, su grandiosidad, mientras que la profundidad tiene gran consecuencia de ambitura y por consiguiente de flora y fauna. En verano, el calor dentro del cañón oscila entre 38º y 48º. En invierno, puede haber tormenta de nieve en las orillas y 10ºC en el fondo. Como consecuencia, hay una progresión de flora y fauna desde abajo hacia las orillas que equivale a una progresión desde el desierto mexicano a la franja sur canadiense.

La separación impuesta de orilla a orilla por el propio Colorado es más obvia. Pero sus consecuencias llegan a casos llanamente de otro mundo. Por ejemplo, una ardilla que, originalmente, existía en un solo tipo, evolucionó en dos tipos, un tipo con cola gris y pecho blanco, en la orilla sur, y un tipo con cola toda blanca y lo demás negro, en la orilla norte.