para lograr los mejores resultados, sin depender de nadie, sin deber justificativos apologéticos a nadie. Tenemos la libertad de no ajustar por lacayuna diplomacia nuestros hallazgos y pensamientos, sin miedo de cortarnos los centavos o auspicios de alguien. Sin duda, contamos nuestros centavos - cada centavo es doloroso gastarlo - pero la libertad de iniciativa y de pensamientos sin máculas es una fortuna.
Sí, es por todo ello que nos sentimos tan cómodos con esta Expedición.
Mientras tanto, no dejamos de seguir analizando este país por los dos medios a nuestro alcance en posición sedentaria: mirando alrededor de nosotros y escuchando la radio. Escuchando la radio de vez en cuando, cuando las tareas fundamentales lo permiten; vale decir, para repetir lo ya expresado varias veces - pero es de importancia para destacar nuestra neutralidad de percepción - que lo que escuchamos no es el resultado de una búsqueda selectiva de ciertos temas, favorables o desfavorables, sino el resultado de tropezones accidentales con lo que venga, y, así, indudablemente, con lo que más permea la sociedad analizada.
)( Se va a colocar detectores de metal a la entrada de las escuelas para detectar niños con armas de fuego o cuchillos.
)( Grandes discusiones, durante semanas y meses, en favor y en contra, de establecer una enmienda constitucional, y castigos legales, contra la profanación de la bandera nacional. No nos podemos imaginar, con risita semi-histérica, en qué otro país de los que visitamos se siquiera ocurriría a alguien quemar la bandera nacional.
)( Estamos empezando a estar convencidos de que no existe ningún otro escritor en idioma inglés que Shakespeare. A juzgar por la repetición ad nauseam de festivales shakespearianos, a exclusión de cualquier otra cosa.
)( Nos destelló una estrella en las tinieblas del ambiente hostil forasterófobo vespucciano.
.) Una señora, con la cual nunca habíamos tenido contacto pero que nos había visto tanto tiempo aquí, nos vino a ofrecer, ahora que se vienen los fuertes calores, el refugio del altillo en una pequeña casa con aire enfriado donde tiene su oficina de venta de propiedades. Incluso, nos dio una llave para que pudiéramos entrar aun de noche o en los fines de semana. Corazón de oro. Hay que considerar que ahí tiene una máquina de escribir de las lujosas, una procesadora de palabras, una copiadora, otras cositas, y nos hace confianza por todo ello, lo que apreciamos a su justo valor.
.) Pero, gracias, no. Por lo menos no el altillo; tal vez la planta baja, de noche o en fines de semana, cuando la señora no trabaja. Esa casa, todo lo peor en edificación incendiable como una hoguera; ese altillo, una trampa sin >>>>>>>>