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escrito a través del carbónico. ¿Un estúpido invento nuestro? No, una increíble aventura nuestra en el correo vespucciano cuando mandamos un giro postal: tuvimos que mandar el "original" (en carbónico) y guardar la "copia" (escrita en directo).

Con lo mucho que escribimos a máquina, tuvimos que comprar varias cintas de tinta ... y aguantar diferentes entintados de carretel a carretel en el mismo producto de la misma marca. Qué fácil sería, en otros países, creer y decir que "eso no pasaría en Vespuccia".  Pero ...

Ah sí, el otro día, tuvimos que explotar de hilaridad ante una nueva ineptitud del inconceptualismo vespucciano. Uno siempre cree que ya lo escuchó o leyó todo, y que ya nada puede sorprender. Pero puede. En este caso: un importador de "alfombras orientales del mundo entero" (oriental rugs from around the world); por colmo, un culto auspiciador comercial de una (supuestamente no comercial) radiodifusora de la distinguida NPR.

Todavía en el renglón de radiodifusión, docenas de veces ya podríamos haber anotado lo siguiente, y aquí por fin va. ¿En qué país(es) fue que notamos con desprecio que los locutores para música clásica no se toman el trabajo de averiguar la pronunciación correcta de lo que van a pronunciar? Pues, en Vespuccia, frecuentemente pasa lo mismo ...

Mucho tiempo pasó desde que llegamos, en desvío de nuestro itinerario, a Shallotte para las fotografías. Increíblemente mucho tiempo pasó. También es increíble el trabajo cumplido. Y útil, interesante, indispensable, constructivo; y frecuentemente fascinante también. Eso sí, no sabíamos, al empezar, cada vez, en qué nos metíamos.

Increíble es la estupenda cantidad y variedad de informaciones que juntamos hasta ahora durante esta Expedición. Tanta cantidad, que el índice se desbocó, tuvimos que frenarlo, y aun así llegó a 66 tupidas páginas, y aun así no pudo ser exhaustivo, sólo es indicativo. Pero estos tremendos trabajos nos dejaron una buena noción de lo que tuvimos el privilegio de hacer hasta ahora en esta Expedición.

Y, despejándolos, todos ellos, nació, y afloró, en nosotros progresivamente la toma de consciencia de cuán naturalmente - con una naturalidad tan natural que ni la sentimos - cuán cómodos siempre nos sentimos en las tan diversas circunstancias encontradas. Con esta toma de consciencia vino la explicación. Pues, naturalmente -

1) No somos (alfabéticamente) Anglos, con prejuicios, o conceptos erróneos, respecto a los Latinos (más exactamente, Iberos).

2) No somos Latinos, con prejuicios, o conceptos erróneos, respecto a los Anglos.