Por ejemplo.
La división
pho.to.graph parece civilizada, la única posible.
No hay problema, pues. En toda confianza, entonces, ¿cómo se >>>>>>>> va a dividir photographer? Pues
pho.to.grapher, naturalmente, o quizás, mejor,
pho.to.gra.pher. No señor. Se divide:
pho.tog.ra.pher Bueno, acaso es alguna influencia idiosincrática desconocida >>>>>>>> del sufijo "er" sobre toda la palabra. Entonces, por analogía, >>>>>>>> photographic, con su sufijo "ic" debe de ser, sin duda, pho.tog.ra.phic. No, según truena el diccionario. No es así, es
pho.to.graph.ic; la "g" regresa a su lugar etimológico ... y el sufijo que, en pho.tog.ra.pher, no se puede separar, aquí, de repente, puede pasear:
pho.to.graph.ic.
Y ¿qué sucede al fotógrafo si se vuelve geographer? Claro, >>>>>>>> "geo" es indivisible. La cuestión es: a dónde va la "g" de >>>>>>>> "gra", es la división
geo.gra o
geog.ra. Es ... asómbrese el mundo ...
ge.og.ra.pher.
Con lo dicho, en absoluto sorprende que - no sabemos si en todos los diccionarios, pero sí en los que vimos - hay una salvedad especificando que muchos lingüistas no tienen seguridad, dónde exactamente las sílabas se dividen, ni siquiera, a veces, cuántas sílabas hay en una palabra.
¡Qué ... len.gua.je - leng.uaje - len.guaje - leng.ua.je!
Y todo eso, tenemos que aguantarlo en la mala educación de un altisonante cacareo descortés; con el agregado, a veces - ya no como molestia acústica adicional pero sí como mayor causa de desdén - de parroquianos poniendo sus pies sobre la mesa. Lamentablemente, la configuración del espacio no se presta para tomar una fotografía a hurtadillas, fotografía de una descultura.
Para emular uno de los doctos diccionarios (no sabemos si reflejo del idioma inglés intrínsecamente, pero ciertamente, por lo menos, de la niebla mental vespucciana), diccionario que dice "a people who are" - digamos de esa gente con pies demasiado alto y sesos demasiado bajo que se trata de "una gente que son despreciable". Ah, pero momentito. La duda es: ¿tendría que ser "despreciable" por lo de "una", o "despreciables", por lo de "son". En inglés, no hay problema; adjetivos nunca distinguen entre singular y plural, o masculino y femenino. Nada que pensar. Nada con qué afilarse la cabeza. Y por ésta y muchas otras razones, hablar inglés, y peor, hablar solamente inglés, es tupirse los sesos.