Por alguna extraña razón, sin embargo, la medicina no logró curar a los enfermos - ay, los enfermos no lograron sanarse.
Salió el Sol. Bienvenida oportunidad para enfrentar el trabajo de bajar del altillo, o sea del portaequipaje, frazadas y ropas de abrigo varias, no utilizadas en años, y que podríamos haber disfrutado desde El Paso si hubiésemos tenido una oportunidad favorable para bajarlas - que no la tuvimos.
Desafortunadamente, haciéndolo, descubrimos otro problema, cuya solución no se puede demorar, si bien, por colmo, no sabemos dónde y cuándo se podrá solucionar: ciertas partes del toldo están totalmente desintegradas - ¡cómo extrañarse; es el toldo que mandamos hacer en Quito hace cuatro años y medio!
Cuántas tareas varias se van acumulando y atrasando - tal vez peligrosamente. Cuándo, dónde, haremos revelar los 110 rollos de fotografías a razón de 38 fotos por rollo, algunos de los cuales ya se pasan de la fecha de validez; y ni tenemos por qué lamentar que no tengamos tiempo para ello porque, hasta ahora, no vimos laboratorio que nos hubiese inspirado confianza - más bien, vimos más vetustez que modernismo por esta tajada de Vespuccia. Cuándo, dónde, pondremos al día las transcripciones y el montón de otros trabajos de oficina; y ni tenemos por qué lamentar que no tengamos tiempo para ello porque, desde El Paso, no vimos un lugar adecuado para establecerse varios días - y en Vespuccia será muy difícil. Cuándo, dónde, haremos revisar el vehículo para guardar el margen de confiabilidad mecánica que siempre tuvimos. Cuándo, dónde, mandaremos hacer un nuevo toldo.
Hacia nuestra próxima meta, algún tipo de misteriosa arqueología, al este de la ciudad de Cincinnati. Vamos a ver.
Parada técnica en la ciudad de Louisville. No por decisión nuestra sino por necesidad ineludible: tuvimos que despedirnos por fin de una de las cubiertas con las cuales cruzamos la cuenca amazónica, desde Belém a Porto Velho a Manaos a Venezuela. Empezaba a mostrar su tela de acero. Lástima que no podamos guardar esas cosas - como esta cubierta o la batería alemana de Iquique - como recuerdo. Así que, ahora, tenemos nuevamente sólo dos cubiertas de auxilio en vez de tres; incluso en vez de cuatro, como teníamos desde Quito hasta dentro de México.
Aquí mismo, a pernoctar.
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Esta mañana, hacia la misteriosa arqueología al este de Cincinnati, en el estado de Ohio; otra vez Ohio para nosotros - pero con la deprimente toma de consciencia de que nos alcanzó la fatídica infausta combinación de días y kilómetros que nos va a obligar al hiato en nuestro itinerario para resolver >>>>>>>>