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que un barco naufragó; y que del cuarto barco nada se supo más; y estos interesados especulan que este cuarto barco puede haber preferido explorar climas más benignos que regresar a los fríos groenlandeses, puede haberse encontrado en la Florida, el golfo de México, el río Misisipí, y por sus tributarios, en esta zona.

Otro caso dilecto para los cultores de controversias sin solución.

Y ahora, nos toca, cruzar del estado de Oklahoma al estado de la Gente de Aguas Abajo, que es lo que Arkansas significa en idioma paraborigen, y tragar bastante kilómetros sin otra meta que observar los lugares por donde pasaremos. Por lo menos, ya no llueve, si bien el cielo queda herméticamente nublado.

Estamos disfrutando de un paseo por terreno levemente ondulado, por ruta segundaria, levemente sinuosa, con poco tráfico, por bosques de agujíferos, en dirección a la ciudad de Little Rock.

Noche en Little Rock.

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Y llueve, esta mañana.

La acumulación de agua alcanza niveles de inundación; algunos campos parecen esponjas hinchadas de agua; otros, arroceras, si bien arroz, naturalmente, por aquí no hay; otros, parecen vastos esteros más aptos para la cría de peces que para actividad agraria.

Ahora nos acordamos de que ayer tuvimos que tomar otra ruta que la planeada por encontrarse ésta bajo agua.

Incluso viviendas están en peligro; es en tal aprieto que se aprecia vivir en una de estas cajas de madera en forma de casa: con bastante agua, empiezan a flotar, claro que inclinadas, y sólo hay que amarrarlas para que no se las lleve la corriente.

Del estado de Arkansas, otra vez al estado de Missouri; esta vez, sólo cruzaremos por su esquina sureste.

Noche en el pueblo de Poplar Bluff, Mízuri - cuánto más fácil y clara, esta transliteración castellana de este vocablo paraborigen. Nos enteramos de que hay muchos robos (por ejemplo, una estación de servicio asaltada dos veces en tres semanas, casi parece como aquella estación de servicio en Rio de Janeiro). Nos pareció apropiado buscar seguridad en la cercanía del puesto de policía - contra toda esperanza en base a nuestra experiencia negativa anterior con la policía vespucciana. Sin otras alternativas, fuimos, y, milagro de milagros, estamos estacionados para la noche al lado del puesto de policía, con una amable acogida de yapa.