Así hicimos pero, apenas cruzado el deslinde, se nos vino la noche, y ahora estamos parados al lado del camino, en la soledad, para pernoctar.
Nos olvidamos de mencionar que, tanto en Acoma como en Zuñi, los nativos hablan entre sí ni el inglés ni el castellano, sino su propio idioma.
Volviendo a lo de Zuñi, tuvimos una demostración allí de que no todo es lo que parece ser. Un rasgo característico de ese pueblo era la gran cantidad de hornos hemisféricos de adobe, probablemente para pan; casi tantos hornos como casas, si bien los hornos estaban ubicados no siempre uno por casa, sino a veces en grupos de hasta cuatro o cinco. Y nosotros, tal como ya habíamos soñado tantas veces antes, soñamos otra vez, con el sabor y el aroma de un pan fresco calentito recién sacado de un horno casero. Y fue como a pedido que, en uno de los hornos, vimos unas mujeres sacando una hornada de sus panes; no pudimos resistir la tentación de realizar nuestro sueño y las convencimos que nos vendieran un pan. Lo único bueno de la compra es que ahora sabemos que no porque un pan fue hecho en un horno casero es pan bueno. Pero seguimos con nuestro sueño, y seguiremos probando.
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Después de pasar la noche a orilla del camino, a cierta distancia dentro de Arizona, en el silencio, la soledad, y la inmensidad, de esta casi llanura, nos estamos dirigiendo ahora hacia nuestra próxima meta, un bosque petrificado.
Nos está acompañando otra vez un tiempo lindo, soleado y, por lo menos esta mañana cuando nos despertamos, bastante fresco, más exactamente tres grados bajo cero; pero seguramente se va a entibiar mucho durante el día. No hay más de los caprichos meteorológicos de ayer.
Con el deslinde entre Nuevo México y Arizona, desaparecieron como por magia todas las mesetas; es de preguntarse si la delineación de los estados por sobre las tierras indígenas fue condicionada por geología y/o topografía, o si es todo pura casualidad.
Pasamos cuatro horas y media en el famoso así-llamado Bosque Petrificado y, de paso, en una zona adyacente llamada Desierto Pintado. Luego, de inmediato viajamos hasta encontrarnos ahora, al anochecer, en plena "reserva" navaja; más exactamente en el curioso deslinde interno entre las respectivas reservas de los Navajos y de los Hopis, donde vamos a pasar la noche.
En cuanto al Desierto Pintado, se trata, simplemente, de una re-edición de la árida mezcla, de llanos del tipo fondos marinos en seco, y de mesetas del tipo >>>>>>>>