Yucatán; que es la ola que vuela por encima de la mar abierta, entre la Florida y Cuba, y entre Cuba y Yucatán. Y finalmente, una tercera corriente migratoria, menor, va y viene entre el sur del Canadá occidental y el sur de Alta California.
Así fue nuestro encuentro con las mariposas Plebeyas.
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Esta mañana, viajando; pero con la repentina toma de consciencia de que, para nosotros, es el principio del fin; y ciertamente se podría decir que es el fin de México. No es que no falte todavía por lo menos 2.200 kilómetros hasta la frontera con Tejas, pero nada nuevo anticipamos.
De hecho, en lo que tenemos recorrido, esta mañana, es más de lo mismo: curvas, curvas; sierras, sierras; colmenas, colmenas; basurales, basurales; rompemuelles de todos los tipos, algunos señalados, otros no, como para asegurar que el juego sea más destructivo, a veces en carretera abierta, sin preaviso, a veces en calles con pavimento que, de por sí, es un rompemuelle sin fin; pavimento impredecible, a veces bueno, a veces con cualquier variedad de defectos; camión playo sin rebordes, cargado de piedras, sembrando a su paso piedras tan grandes que quien las agarre con un neumático, garantido que se quedará sin neumático; indicaciones viales, a veces, donde corresponde, pero a veces, detrás de un cruce, invisibles de donde se viene, en vez de delante del cruce, y a veces, inexistentes; consignas y lemas políticos que el nuevo presidente electo supo diseminar por todos los pedazos de pared disponibles cuando era candidato, pero que, ahora que ya es presidente, no sabe limpiar. Realmente nada nuevo.
Del estado de Michoacán al estado de Guanajuato.
Cambio en la topografía y el ambiente; alejadas, las montañas; dejando, por lo tanto, paso a llanuras; y sorpresa en las llanuras: verdor, pero por milagro del riego.
Lo que nada cambia pues a la infinita aridez que vimos en tantas otras partes, y nada cambia a las estadísticas: 50/oo del territorio mexicano es árido, 30/oo, semi-árido, solamente 12/oo del territorio recibe lluvias suficientes, y solamente 16/oo del territorio es cultivable, incluyendo las tierras bajo riego.
Del estado de Guanajuato al estado de Querétaro.
Ahora, Querétaro, la capital.
Ciudad ex-colonial, tratando todavía de proteger algunas calles angostas, si bien sin mucho espíritu colonial ya, contra el embate del modernismo. Los >>>>>>>>