>►< La concentración volando no es mucho mayor de la que, quien vive en el campo, está acostumbrado a ver, en ciertas épocas, como plaga; o de la que nosotros mismos atravesamos en ciertos casos, sin aprensión, por la precaución del tejido de insectos delante del radiador para que éste no se tape.
>►< La concentración colgando, que sería la más inhabitual - a veces, tan voluminosa y densa que las decenas de miles de gramos individuales llegan a romper las ramas - tampoco es muy espectacular, por una razón muy interesante por su simplicidad e inevitabilidad: las mariposas se aglutinan en enjambre cuando no da el Sol, pero sin Sol, precisamente, los enjambres no lucen, son una masa gris amorfa que el ojo inexperto ni siquiera nota; y al contrario, cuando el Sol ilumina, un enjambre se derrite en mariposas volando - vide supra.
Enjambres
>►< Debe de haber, sin embargo, una circunstancia cuando la concentración voleteando debe de ser fenomenal; y debe de ser cuando el tiempo se pone más cálido, en febrero, y cuando los enjambres colgando se derriten todos, y todas las mariposas voletean al mismo tiempo - pero, entonces, no se ve más las concentraciones colgando.
Por otra parte, quien no gusta de subidas difíciles, como la que sufrimos, puede quedarse cómodamente en el pueblo y esperar que las mariposas vengan a fluir como corrientes aladas por la calle principal, según pudimos observar ... recién después del esfuerzo de subir y bajar.
> Todo lo cual no significa que la Mariposa Plebeya no tenga su fascinación, sus fascinaciones.
La mayor fascinación de la Plebeya es su migración de larga distancia, la migración de menos de un gramo de frágil mariposa sobre 3.000 kilómetros, 4.000, 5.000 kilómetros, y por sobre océano, cuando necesario, también; entreverada con otras fascinaciones en común con otras mariposas.
No todos los tipos de Plebeyas migran; y las Plebeyas que migran no son las únicas mariposas que migran; pero son las más viajeras de todas las mariposas.
→→ Empezando con las Plebeyas acá.
Estas Plebeyas están acá ya desde octubre. Aprovecharon noviembre y diciembre para recuperarse del agotamiento de su travesía desde el sur de Ontario y de la zona lindante de Vespuccia. Recuperación que no fue así no más. No es que llegaron, se llenaron de néctar y fueron a hibernar. Cuando llegaron, cuando la temperatura era lo que la palabra dice, se quedaron en las partes más altas de las sierras, y fue recién en las semanas siguientes, conforme iban bajando los grados, que ellas se fueron adaptando, bajando de altitud hasta establecerse en cañadas, donde el frío es menor que en altitud.