natural de mayor a menor, el hocico; dos perforaciones cónicas de irrefutable factura humana en el cuarto cuerpo vertebral, o sea la punta del hocico, orificios nasales; todo, de gran realismo en conjunto.
Y entonces, ¿de dónde puede surgir la polémica?
║ Los contreras dicen que las partes del hueso que hubo que desbastar para llegar a la forma de cabeza perruna son precisamente aquellas partes más delgadas y sobresalientes del hueso original y, por lo tanto, más sujetas a la destrucción natural por golpe, desgaste, vejez, de manera que, dicen - cínicamente - es accidente fortuito y no arte humano.
║ A lo que los proponedores de obra de arte replican, en airada defensa, que los nostriles del hocico son indudable-, innegable-, irrebatiblemente, de hechura humana. Y así son; ello, ni los contreras pueden negarlo.
║ Pero ... pero nadie puede probar cuándo dichos orificios fueron hechos: los partidarios de la obra de arte no pueden probar que los nostriles fueron perforados honestamente hace 10.000 a 14.000 años, antes de la fosilización del hueso, y los partidarios de la casualidad aleatoria no pueden probar que los nostriles fueron agregados maliciosamente sólo ayer. ¿No es ello una bellísima situación para polemistas profesionales - la situación perfecta, sin solución terminante y final de un lado u otro?
Y a seguir hacia Tula.
Del estado de México al estado de Hidalgo.
El viaje es deprimente - deprimente y cansador; todo lo malo a la vez:
→→contaminación gasosa - cada rato, al aparecer un monstruo de negra humareda, hay que cerrar las ventanas;
→→contaminación sonora - sin remedio ni refugio, sólo sufrir;
→→rompemuelles tan incontables como olas marinas en una playa, de todos los tipos - asesinos, solapados, etc. - ya descritos; a más de rompemuelles, también rompetransmisión y rompe-otra-cosa si esta última cosa no fuese proscrita del vocabulario educado;
→→aridez y sus consecuentes polvaredas - más sucias y ensuciantes que el conjunto de desiertos del Perú y Chile;
→→y como doloroso diadema de todo lo anterior, la desgracia de los infelices que tratan (¿será por falta de iniciativa - por falta de otra posibilidad?) de sobrevivir escuálidamente en semejante infierno de humo, polvareda, ruido, aridez.
Tula, las ruinas.
Demasiado tarde para una sensata visita hoy. Hm. Los alrededores, muy inhóspitos - no el menor rincón donde retraerse, no la menor sombra, pero sí las oleadas de rugidos y explosiones y estrépito de la carretera a menos de >>>>>>>>