■  Esos dos murales, además, dan una interesantísima lección en la aleatoriedad de la sobrevivencia accidental de antigüedades sepultadas bajo sus propias ruinas.

Partes del mural de la romería están en su posición original en la pared original; partes, tuvieron que ser recogidas, pedazo por pedazo, del piso, de debajo de los escombros de su pared derrumbada sobre ellos, y reposicionadas sobre una pared reconstruida. ¿Cuáles partes sobrevivieron mejor el paso de los siglos? No aquellas en su sitio original en la pared original; no todas las caídas en el suelo y cubiertas por escombros, sólo algunas.

¿Ah sí, y cómo puede ser? Puede ser porque la parte de mural que sobrevivió en su sitio original en la pared original se quedó más expuesta a filtraciones y sufrió más; puede ser porque, de la parte de mural que se cayó, con los escombros de su pared por encima - por encima - algunos pedazos del mural cayeron boca arriba, más expuestos a filtraciones, a más del impacto de los escombros en su caída, y algunos pedazos cayeron boca abajo, con más protección contra golpes, rugosidades y filtraciones.

■ Yayahuala y Zacuala.

Dos núcleos habitacionales; reducidos a sus fundaciones, pero en los cuales interesan los siguientes rasgos:

  ■ Lejos de ser viviendas sueltas para familias individuales, son aglutinaciones de docenas de habitaciones, sobre quizás 80 metros x 60, como alvéolos en una colmena, por lo tanto, evidentemente, sin ventanas, con sólo un "pozo de aire y luz" de quizás 2 metros x 4 en común para varias habitaciones, todo ello ocupado, se entiende, por numerosas familias con ninguna privacidad.

  ■ Sin embargo, en el centro de cada tal núcleo, un minipatio comunal para una mini-mini-poliplataforma como de juguete, para mini-ceremoniales comunales. Incluso vimos una monoplataforma enana, más apta a devociones familiares.

   ■ Hay tantos restos de revoques pintados, no sólo lisos sino, frecuentemente, con motivos, que parece que, aunque eran "sólo" núcleos habitacionales, todo estaba pintado; sin o con motivos decorativos.

  ■ Todo ello, protegido por una muralla perimetral que debía de tener cinco metros de altura o más, con sólo un par de angostas entradas fáciles de defender, una verdadera fortaleza.

En resumen, todo, muy moderno; como las casas de departamentos de hoy; todo acumulado como conejeras, poca luz, poco aire, sin privacidad de vivienda en vivienda, y severamente guardado contra asaltos.