Y eso no fue ningún chiste para nosotros. Nos hizo acordar de que Nuevo México es el estado de Vespuccia más fuertemente contaminado por radioactividad, por ser su mayor productor de uranio; con grandes minas de uranio - una de ellas, en la localidad de Laguna, la mayor mina de uranio a cielo abierto de la Tierra - y con las correspondientes plantas procesadoras.
Como consecuencia, a más de la radioactividad de las minas y de las plantas de procesamiento, hay mucha agua contaminada, mucho gas radón en el aire, hay casas radioactivas de fundaciones a techo por haber sido construidas con piedras de las minas, y el campo de concentración de los Navajos está lleno de radioactividad - y nosotros tenemos la intención de visitarlo ...
Así que tenemos que abrir el ojo y saber adónde pisamos; y mejor de todo, alejarnos de Nuevo México cuanto antes porque el peligro no tiene garantía de quedar donde se sabe que está; en cualquier momento puede aparecer donde no se lo esperaría; ya hubo el caso del derrumbe de una represa con el consecuente arrastre de material radioactivo sobre centenares de kilómetros aguas abajo.
Y pensar que, según los expertos, estas contaminaciones tardarán mil generaciones en disiparse.
Esta mañana, nos despertamos todavía de noche. Durante nuestro desayuno, pudimos observar la paulatina formación del tinte rosado anunciando la venida de nuestra estrella.
Y también esta mañana, vimos nuestros primeros cactos, cactuses de verdad, con sus espinas. ¡Qué cambio con los 30 grados bajo cero de la bahía de Hudson de no hace tanto tiempo!
Esta mitad oriental de Nuevo México es, naturalmente, parte de aquel robo entre los mayores de la historia, tal como ya mencionado con respecto a Texas. Aquí también, los primeros Europeos fueron los Españoles, siglos antes de los Anglosajones; más específicamente, el ya mencionado Coronado anduvo por aquí en 1541. La diferencia, en este caso, es que, en Nuevo México, al contrario de otras regiones donde se conoce solamente el derrotero aproximado de Coronado y de su banda, se conoce por lo menos dos puntos exactos por donde pasó.
Nuestra primera meta, esta mañana, va a ser justamente uno de estos dos lugares históricos.
Podíamos haber elegido dar una vuelta grande por carretera grande, pero elegimos viajar por un camino segundario más directo. El detalle está en que no sabíamos que nos íbamos a encontrar con un caminito apenas más que una huella. Pero, pensándolo bien, parece mucho más apropiado ir acercándose a nuestra cita con las pisadas de Coronado por una huella apenas diferente de la tierra virgen que Coronado vio, que por una carretera esterilizada de hoy.