Y resulta que un propugnador de continentes hundidos, reclutó ya hace mucho esta misma secuencia de viñetas como vigorizante de sus convicciones.
De paso dicho, porque tiene su importancia, ese visionario indudablemente nunca vio el original, sólo algún esquema por otra persona la que, por alguna razón, quizás de esquematización, indicó la boca de serpiente abierta, solamente como línea quebrada en ángulo, y, por una razón totalmente inexplicable, fisionó la viñeta del arabesco en dos viñetas, separando una de las dos barras verticales y metamorfoseándola en un rectángulo con dos rectángulos menores anexos; o sea aumentando las viñetas de cinco a seis.
De todos modos, el soñador de continentes hundidos, y de mucho más, dictaminó la siguiente interpretación de cada viñeta, para un sentido global orgánico de toda la secuencia, como sigue:
- Los rectángulos: El continente Mu y dos islas
- El arabesco: están torcidos por fuerzas internas,
- El círculo: primarias, irresistibles.
- La línea en ángulo: Las fuerzas siguen activas.
- La extraña T: Las fundaciones de Mu se desmoronan.
- El personaje: La gente también se hunde.
Hay un detalle que realmente parece simbolizar el parentesco de vacía adivinanza entre el visionario de alto vuelo y el arqueólogo de prescrita cautela. La misma viñeta, el arqueólogo la ve como boca de serpiente abierta hacia su derecha, el visionario la interpreta como punta de flecha hacia su izquierda; el arqueólogo la explica como serpiente por tragarse la Luna, a su derecha, ponerla en eclipse - aun cuando, dicho de paso, el círculo con diagonales en cruz es símbolo universal de las Cuatro Grandes Fuerzas Primarias, sin relación con la Luna - y el visionario la explica, la viñeta, como punta de flecha atacando y destruyendo la viñeta T a su izquierda. O sea el mismo símbolo, en ofensiva, hacia un lado, para el arqueólogo, y hacia el otro lado, para el visionario.
Ahora bien. Comparando los dos tratamientos de esta secuencia de relieves, y ya que ninguna de las versiones es satisfactoria, una, por aparentemente descabellada, la otra, por inorgánica, ¿no tiene el tratamiento intrépido por lo menos el mérito de concebir el conjunto como un mensaje orgánico global - lo que ciertamente siempre fue, cualquiera haya sido su significado - y también el mérito de la intrepidez de sus convicciones, en contraste con la mezquina, cautelosa, y ciertamente injustificable, extracción de sólo dos viñetas de un contexto indudablemente orgánico? - ¿no es por lo menos más entusiasmante y simpático, aunque no se lo tome en serio, un poco de atrevimiento descabellado, que la mezquindad de una consciente castración de contexto?
Otra observación para ilustrar un poco más el fanatismo de convicción del visionario de continentes hundidos, y su mundo - extrañísima mezcla de realidades, si es que son realidades, y de fantasías, si es que son fantasías.