El mural en la parte trasera del museo, de Diego Rivera, de 1930, ilustra, como tantos otros murales mexicanos, el sufrimiento de la raza paraborigen a manos de los Españoles, y así expresa un mensaje humano, pero, de mensaje artístico, mucho no hay; parece pintura de obligación, no de inspiración. Quizás más original es el friso, en blanco y negro, por debajo de la policromía del mural. Y, ay, qué suerte, no hubo que pagar la entrada.
- ¿Y por qué?
- Adivina.
- No sé.
- Porque no tenían boletos disponibles; por ineptitud burocrática ...
Exactamente como nos ocurrió en Tulum.
CV Visitamos la Catedral.
Por fuera, otro caso de estilo eclesiástico tipo fortaleza - murallas altísimas, sin ventanales salvo en la parte más inaccesible por su elevación, reforzadas por grandes contrafuertes, y coronadas por almenas. Pero es por dentro que está el interés, gran interés, interés sorprendente. En el primer impacto, no se sabe cómo tomar la cosa. Una mezcla de antiguo y muy moderno, de vacío y decorado, de europeo occidental y asiático oriental.
+ La antigüedad y el europeanismo occidental están en la estructura misma, iniciada en 1525, apenas con menos prisa que el palacete de Cortés, después del aplastamiento de los paraborígenes en el baño de su sangre; y están en algunos escasos vestigios de las pinturas originales.
+ La vaciedad está en la ausencia de casi todo lo opulento, acaso ampuloso.
+ El gran modernismo
……está en la muy parca pero noble, no indigente, decoración por, líneas rectas, volúmenes paralelepipédicos, básicamente mediante bloques de piedras de tintes negros, grises, blancos, ya sea pulidas hasta sacar lustre, ya sea apenas satinadas, con el contraste de un par de arcos;
……y está en el revestimiento, cuán sobrio y elegante, con pintura de destellos cobre oscuro, en las paredes curvas y en la bóveda alrededor y encima del altar, aparentemente sin tratar de alisar las irregularidades de sus superficies antiguas, dando así lugar a reflejos de luz a la vez llamativa y discreta;
……y está en el dosel ascético encima del altar;
……además está en las cruces que, habitualmente, serían de la Vía Crucis, las cuales, a más de ser muy sobriamente discretas y elegantes en forma y material, tienen la particularidad de estar acompañadas, cada una, de un pequeño símbolo, muy críptico para el no-iniciado, en una manera que nos hace pensar en la simbología críptica del arte nativo precolonense.