refinería, o quizás un conjunto de refinerías, de petróleo. Hay petróleo literalmente hasta en el aire, por el olor que se siente.
La topografía no se queda quieta. Una planicie arrugada, con el agregado, a veces, de colinas hechas de un material suelto muy entremezclado de piedras y tierra, casi como acumuladas artificialmente, pero siendo esto imposible por el tamaño y la extensión de las mismas.
Y ahora, para cambiar, estamos otra vez en una llanura lisa de campos arados; y no más petróleo por ahora.
Acercándonos al pueblo de Dumas, que es el centro, de la más grande zona de sorgo de Vespuccia, de uno de los más grandes campos de gas natural de la Tierra, y de la mayor zona de helio de Vespuccia.
Tenemos Dumas atrás; de su triple corona económica, nada vimos. No es ésta, naturalmente, la época de sorgo. El gas natural, según nos enteramos, surge de las profundidades de la Tierra por presión propia y, por lo tanto, no necesita equipo externo; todo se reduce a un gasoducto bajo tierra, de la cabeza de pozo hasta el destino. Y, en cuanto al helio, también es una actividad invisible porque su extracción está en manos del gobierno.
Los campos alrededor de Dumas son literalmente sin fin a la vista; y albergan tropas de bovinos, probablemente novillos, comúnmente en los centenares de cabezas - y vimos una tropa que creemos que tenía que aproximarse a las mil cabezas, todas en un solo campo, con la mayoría de los animales pareciéndose a puntitos no más grandes que hormigas en la distancia.
Ahora que, aquí, en Texas, y también en Kansas, los vacunos tienen que tener cuero aislante, y las plantas tienen que tener patitas, porque todos los campos están alambrados, y todos los alambrados, en vez de ser del tipo mono-alámbrico electrificado, son del tipo con postes cada pocos metros y con cinco o seis hilos de alambre.
Esta parte de Texas, que forma un martillo en el mapa, fue un paraíso para los famosos bandidos del oeste de este país del siglo pasado porque estaba reclamada por varias jurisdicciones y, por lo tanto, administrada por ninguna.
Hemos llegado a un sitio que es un recuerdo de dichos tiempos, el viejo cementerio de un pueblo que ya no existe, y que se llamaba Tascosa; que ya no existe, pero se apagó por completo recién en 1939. No confundir con un nuevo pueblo Tascosa en la vecindad, que no tiene relación con el viejo pueblo ya desaparecido.
En este viejo cementerio, todavía descansan los asesinos y los asesinados, generalmente asesinos asesinados, de aquella época. A la entrada del cementerio se encuentra una lista parcial de los allí enterrados, y vale la pena leerla: