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protege" de golpes, como es, con cristalina claridad y exactitud, el castellano paragolpe. De manera que tendría que ser, a la inversa, el inglés copiando el castellano e inventando una palabra inteligente y apta, como sería bumpabsorber.

La entrevista fue laudablemente substancial pero, lamentablemente, dos días más tarde, cuando se difundió, dos veces - a las 13 y a las 18:30 - también fue un ejemplo de un acoplamiento no infrecuente en América Ibérica: buenos sesos con malos equipos; en la primera difusión, hubo toda clase de defectos acústicos, que achacamos a la grabación, pero en la segunda difusión, hubo toda clase de otros defectos acústicos. Al día siguiente, fuimos a preguntar. Explicación: un componente del transmisor, ahí arriba en la loma, y dificultad en conseguirlo, por burrocracia gubernamental.

De paso, la entrevista había sido tan interesante que nos acordamos para otra hora de entrevista. ¿Por qué no? Seguía lloviendo y lloviznando sin interrupción, de manera que no había apuro.

Volviendo al caso de los "espías checos", no podemos no re-pensar a veces en él, meneando la cabeza levemente por su absurdidad, y con una risita interna no exenta de mini-histeria y alivio; mini-histeria por la toma de consciencia de cómo hubiese sido si nos hubiese pasado a nosotros - lo que era improbable pero no imposible - y alivio porque no nos ocurrió.

Nosotros no tenemos avión desarmable, no tenemos motocicleta - si bien habíamos considerado llevar una; pero tenemos un bote, y lo tenemos - qué barbaridad - sigiloso y rápido, insumergible e involcable; y tenemos cinco cámaras fotográficas para sólo dos personas, una de las cámaras, sumergible, seguramente todo ello altamente sospechoso; tenemos un sofisticado altímetro de hasta 9.000 metros de altitud que sólo para algún siniestro propósito puede servir; y por colmo, un poderoso largavista; y un malacate eléctrico que se puede enganchar tanto adelante como atrás en el vehículo; y, qué barbaridad, un detector de radiaciones nucleares; ¿y nuestra calculadora con células solares?; ¿y nuestras cuatro ruedas de auxilio?; ¿y nuestros 70 rollos ya expuestos pero no revelados conteniendo 2.660 misteriosas fotografías quién sabe de qué temas prohibidos? - nadie con intenciones confesables puede tener tantas fotografías sin revelar y por lo tanto indudablemente secretas; y todo ello "escondido" en compartimentos "secretos".

Nos hace estremecer pensar que alguien pudiera agarrar nuestros rollos y revelarlos sin cuidado, sin consideración fotográfica, sólo para ver rápido sus temas.

Además, por otra parte, en los días cuando los "espías con material bélico" todavía no eran "científicos con moderno equipo de trabajo", es muy posible que - por un folleto que les diéramos en México en relación con nuestras >>>>>>>>