de pirita convexa, de jade - indudablemente en el sentido amplio sin entrar en tecnicalidades. Yendo al virtuosismo en la materia, hay dientes hasta con más de dos incrustaciones (una de jade, una de pirita); con tres incrustaciones (dos de jade, una de pirita; también tres de jade); con cuatro incrustaciones (todas de pirita).  Un diente tiene una pasta de composición desconocida.

¬ Figurillas de barro con todavía restos de su policromía original; una interesante galería, casi una resurrección, de toda la sociedad maya de 700-900 d.C.; de la zona de Nebaj, ahora en la zona de guerrilla.

¬ Una colección de grandes urnas funerarias de lujo, del Quiché, de 800-900 d.C.

¬  Una cabeza mirando desde detrás de una mirilla, como desde el interior de un casco de cosmonauta, que los cultores de lo extraterrestre ciertamente encontrarían a su gusto.

Sin duda

¬ Cerámica llamada plomiza porque, en un principio, se creía, por su aspecto, que su composición contenía plomo, y a pesar de haberse descubierto luego que no tiene plomo; sobria y elegante; en representaciones zoo-, antropo-, y monstruomorfas.

C♦G Visitamos la Capilla de Nuestra Señora de las Angustias. Afortunadamente, cuando vislumbramos su esbelta amplitud, la conocíamos por otro nombre, por La Yurrita, no sabíamos que es formalmente sólo una "capilla"; por lo que no tuvimos que vencer una expectativa de pequeñez; y afortunadamente, cuando, en una concatenación de interés permanentemente renovado, detallamos su multiplicidad y variedad y lujo de rasgos decorativos tanto externos como internos, no sabíamos que es el esfuerzo financiero y creativo de un solo hombre, en cumplimiento de una promesa; por lo que no tuvimos que vencer una expectativa de modicidad.

La prodigalidad de medios financieros y creativos de La Yurrita es pues notable, equivalente a los medios de toda una congregación; pero la promesa propia que sirvió de base a La Yurrita es su ingrediente más admirable:

…una promesa no por desesperación, para salvarse el pellejo, ni como negociado, premeditadamente, (tú, Santo X, me das tal cosa, primero se entiende, y yo recién luego cumpliré tal promesa), sino una promesa desinteresada, hecha sin necesidad, por el solo noble sentimiento de gratitud, ya después de haber desaparecido el peligro (en este caso, la erupción de un volcán);

…una promesa que requirió 39 años para terminar de cumplirla, y con un esplendor no estipulado en ella, demostrando el continuo fervor del promesante, de 1902 a 1941;

…una promesa que, a sólo pocos meses de cumplida, veía su promesante fenecer, como si ella le hubiese dado, durante tantos años, su razón de vivir.